Remontó el cielo como un ave lejana atravesando la mirada de los transeúntes; asustada y fugaz; etérea. Mis ojos se perdieron detrás de aquellas alas inexistentes, mientras me sumía a la extraña vorágine del mundo. Después sólo su alma; las cortinas como un eco del viento; el cuerpo entre la multitud; los miedos; la adversidad; ese instante en que la vida se despega de lo humano...