Luz de luciérnaga que se extingue en el fuego que te consume, palabra suelta de voz caída, de la belleza artificial que deshoja tus cabellos, del dolor indeseable que también se deja caer en tus manos temblorosas.

Y la oscuridad que te envuelve es el vestido que te roza la rodilla y la luna que se asoma es el maquillaje que se extiende en tus pómulos. Eres la bailarina en mi caja de música que nunca calla, la sombra gris en mi perfecto mundo de negro y blanco, el aleteo sumiso de mis miedos callados.

Cuerda menor de arpa perdida, velo de flores bordadas. En la mañana, con el aire fresco, los suspiros tibios, la boca seca, seca de tanta vida que se enreda en tu piel, que cae y se recuesta junto a mí, aquí, en la ventana, tras la cortina, para que nadie le vea.

Bosquejo de acuarela, desvanecido, escondido bajo la escaleras, con el susurro quebrado y las manos en la espalda.

Ya no estás conmigo como antes, ahora te vas, lejos, con el delantal aún puesto, con los aros de fiesta, y los zapatos lustrados. Y no me ves, no me reconoces siquiera, mientras yo te sigo con la mirada y tú te pierdes calle abajo.

Eres aún de perfume floreado, de risa coqueta, de abrazos cálidos. Aún pan caliente, mantequilla, mermelada y jugo de naranja, aún pulseras, pañoletas y polvos mágicos. Aún viernes por la tarde, primavera, cantos suaves, música de ritmo fluido, de tonos vivos. Aún…

Aún estas aquí, mirando el jardín, pero tu mente se pierde en una película muda que no puedo ver, en un mundo ajeno a un tiempo presente que te deja de lado. Y te extiendo la mano con la vida que no me dejas compartirte, sonríes, y sé que esa sonrisa me atraviesa y se la das a otra persona, allá, en tu mundo… y ahí quedo otra vez sola, acompañada de tu cuerpo vacío, y del silencio que no sientes, y de las lágrimas que no me secas, y de las heridas que no me alivias [y de los secretos que no me cuentas, y de las muñecas que no reparas, y de los cuentos que no me lees, y de las bufandas que no tejes, y de las canciones que no compones, y de las palabras que no me dices, y de los dibujos que no coloreas, y de la vida que se empaña]… Mientras tanto te seguiré mirando con la mano extendida ((y el rostro empapado))…

[[Alzheimer…]]