Alma de carbón

I

Siempre recordaré este día…
te has vestido de negro
y eres dueña de tu camino a seguir.

Aunque no advertí nunca tu presencia
pude oír tu voz ligeramente,
mi ser se integró al gran deseo de un universo
colapsado por mi mente; idealizado por el alma viva.

Si llegases a desear mi compañía
por favor no desesperes,
ya que tarde o temprano alcanzaré tus sueños
y los llenaré de negro… me integraré a ti.

Desearé por siempre no haberte negado,
siendo uno a tu lado;

Nunca más preocupará a mi mente el comer
o dormir en una cripta abierta,
sin existir realmente,
siendo vano mi sentir,
esperando únicamente un olvido de la luna.

II

Podré entonces llenar con tus deseos mis sentimientos,
entrarás en mis sueños;
con el bloqueo de mi razón al fin podré saber
lo que esperabas lograr con tu decir.

No esperarás de nuevo al miércoles de ceniza
para librar tus pecados,
sólo debemos soltarlos en un cuarto transparente
y teñiremos juntos el cielo de gris.

Y de esa división que hay entre vida y muerte,
no quedarán sino pedazos solos,
donde estaré sonriendo todo un ciclo
para al final llegar gimiendo como un loco.

III

Ellos ignoran razones tratando de entenderlas con prejuicios;
juegan a sentir sin emociones
cual ruedas que regresan al abismo,
el odio los consume igual que a tí

Tu mirada al horizonte me indicó a la sirena del vacío
que canta las respuestas a mi ser,
la vida se amargó tras unas letras,
vestidas de candor (disfraz de fiesta)

El vacío ha alcanzado a la luz en el camino,
el odio ya logró todo a su ritmo,
la muerte llegará a tocar mi hombro
pidiendo una respuesta que ahora ya conozco.