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Los Viajeros

Una pequeña gota perturba mi sueño y me regresa a la realidad. Un poco somnoliento todavía abro los ojos y me levanto, descubro que lo que me despertó fue que la tormenta de la noche abrió mi ventana y la pobre lluvia que queda me ha molestado el sueño. Como todos los días cumplo con mi rutina habitual el despertar tomar una taza de café amarga comer lo primero que encuentre y darme un baño, mi vida ha sido no mas que la de una simple persona con algunos conocidos que viven cerca, y un amor perdido hace ya mucho tiempo, ella se fue siguiendo el llamado de su corazón que obviamente no era en dirección a mi, en mi vida nunca ocurre nada interesante la vida de escritor no da mucho interés a la gente común, salvo lo que se ha presentado en los últimos días. Todo comenzó hace unas semanas con un rumor que escuché por parte de los vecinos algo sobre unos recién llegados, nada interesante, el mismo día salí a surtir mi alacena ya que tenía que empezar una historia y prefiero no tener que salir a comprar mientras escribo, en la tienda me encontré a un amigo que compartía mi profesión, al encontrarlo comenzamos a conversar contando los últimos proyectos de cada uno, algunas anécdotas nada que me hubiera preocupado por recordar salvo que me pregunto que si conocía lo que en el pueblo ya parecía algo común, aquel rumor sobre los nuevos llegados, me pareció muy extraño que causaran tanta conmoción ya que antes habían llegado viajeros y no se había hecho tanta revuelta, el me comento algo que había escuchado, que eran 4 jóvenes muy extraños, La curiosidad llegó a mí y tuve que verme interesado, todo lo que pude obtener de él fue que físicamente parecían enfermos todos por lo que la gente se había preocupado de tener contacto con ellos, posiblemente esa era la verdadera razón de tanto alboroto.
Partí a mi casa para comenzar a escribir, cuando encontré una niña corriendo rápidamente con algo de angustia y temor, atrás de ella venía su madre empujándola ordenándole se metiera a la casa, seguí caminando por la calle y me topé con un sujeto vestido de negro, era sumamente delgado con una cara pálida y algo cansada pero de cierto modo bella, un par de ojos profundos que parecían tener mucha experiencia a pesar de su corta edad, un tono de tristeza fue lo primero que me vino a la mente al verlo, inofensivo y distraído el sujeto parecía no haberme visto a pesar de que prácticamente había chocado con él, cuando volteé al final de la calle vi a la señora cerrando la puerta al ver al sujeto, la niña y su madre huían de él, supuse que sería uno de aquellos viajeros nuevos que tanto comentaba la gente, después de analizar mis pensamientos mientras veía al sujeto caminar a lo largo de la calle decidí continuar mi camino a casa. La cabeza comenzaba a dolerme de nuevo, era una de esas jaquecas que últimamente se habían vuelto frecuentes, opté por recostarme y descansar. Así que desperté con una luz de día normal las lluvias habían cedido un poco comencé a escribir buscando toda inspiración posible, cuando sonó la puerta, era uno de los vecinos que se notaba algo inquieto, no me dejó ni saludarlo cuando empezó a preguntarme como eran los nuevos sujetos, por la madre del otro día se había enterado de mi encuentro con el viajero, a lo cual contesté con una breve descripción de los hechos, mi vecino me contó sobre los demás encuentros que habían tenido con los viajeros, nada digno de mencionarse, después de despedirme del vecino continué mi historia. Muchas horas pasaron y no podía concentrarme, por lo mismo decidí ir a la taberna del pueblo para relajarme, después de un par de tragos y algunas conversaciones con borrachos volví a casa, por el camino habitual, comencé a caminar por la calle de mi casa cuando note una mirada acechadora, busque a simple vista pero no había nadie continué mi camino, de pronto los vellos del cuello se me erizaron y escuché pasos detrás de mí rápidamente voltee y alcancé a ver una silueta caminando entre las sombras, cuando la silueta paso por un rayo de luz de la luna alcance a reconocer quien era, el viajero del día anterior, quien caminaba igual que ayer. Decidí acercarme a saludar y tratar de liberar algunas de las dudas del pueblo, al acercarme noté el mismo aire de cansancio y tristeza de ayer y percibí que en la mano llevaba una pequeña flauta de madera con dos listones uno verde y el otro, por la oscuridad me pareció azul o negro no lo sé, le hable al sujeto y no respondió, lo tomé de un hombro, y una claridad vino a mi mente, como si un viento de paz y relajación me hubiera golpeado de pronto, la sensación me aturdió un momento y cuando recuperé mi estado normal mi mano se encontraba en el aire y el viajero estaba a lado de mí viendo al final de la calle, mi primera reacción fue tratar de preguntarle algo pero sólo logre balbucear, volví a intentarlo y logré decirle hola con algo de esfuerzo, el sujeto no dejaba de ver al final de la calle y sólo contestó mi saludo, esa voz era como el canto del coro más bello del mundo, esa voz solo logro ponerme más nervioso a pesar de que sabía que no corría ningún peligro con él, logre volver a hablar y le pregunté cual era su propósito en nuestro pueblo, tardó un momento y me lanzó una mirada como de compasión y sin contestar comenzó a caminar rumbo al final de la calle, en ese momento estaba paralizado, con todo mi esfuerzo empecé a caminar, hacia él, tal parecía que mi cuerpo no se le quería acercar, pero contra todo avance a él, después de unos pasos giro hacia mí y preguntó con aquella mística voz porque estaba tan interesado en él, yo haciendo uso de todo mi autocontrol le contesté que se veía muy extraño y quería conocer el motivo de su visita, él espero un momento mientras dirigía su mirada directamente a mis ojos, misteriosamente comencé a ver algunas imágenes de mi pasado, mi viejo amor, algunos vagos recuerdos, su voz me regreso a la realidad, y me dijo -tú puedes acompañarme, ven-, sin preguntar ni esperar nada más lo seguí en su caminata por la calle.
Después de unos minutos caminando en silencio comencé a escuchar una música hermosa como traída del cielo, notas tan suavemente tocadas que llenaban el alma de luz y paz, llegando al bosque donde terminaba el pueblo vi a una joven con un vestido rojo algo gastado, la joven era rubia y hermosa, tenía los ojos cerrados y tocaba una flauta con 3 listones, tenía la misma apariencia de cansancio y tristeza que el viajero con el que iba no podía dejar de mirarla hasta que advertí la presencia de alguien más, otro joven de igual descripción vestido con un traje negro y su flauta tenía 4 listones, cuando me di cuenta estaba caminando en un paso de piedras bajo un claro, al volver mi cara para ver donde me encontraba vi al ultimo de los viajeros, quien estaba parado en la piedra mas alta dándome la espalda, entre los tres viajeros que estaban ahí formaban una música que podría curar cualquier preocupación o temor, todo esto parecía ocurrir durante una eternidad, el viajero con el que caminaba me pidió que lo siguiera. Nos alejamos un poco de aquel consejo y llegamos a otro claro donde había varias piedras grandes donde él se sentó, extendió su mano para indicarme que yo también me sentara, no se me ocurría nada que preguntar, él comenzó preguntando porque sufría tanto por aquella chica que partió del pueblo, me asusté demasiado, cómo podía él saberlo, cuando iba a responderle me interrumpió diciendo que tal vez si dejara ese pensamiento salir de mi mente los dolores de cabeza cederían, otra vez el pánico me invadió, sin contestar nada me puse a pensar, no entendía cómo sabía todo eso, recordé que cuando él me vio a los ojos pasaron viejas memorias enfrente de mi, mi primer sospecha sería que me habría leído la mente, pero cómo sería posible, nadie puede hacer eso, de nuevo interrumpió mis pensamientos diciendo que debía de relajarme, que no me preocupara porque supiera tantas cosas de mí, lo primero que pude preguntar fue –¿quién eres?- él me dijo, - si a lo que te refieres es a mi nombre, no tengo, para no preocuparte mas ni llenarte la cabeza de ideas, solo soy alguien más en este mundo, yo le contesté que nadie en este mundo podía leer la mente, ¿cómo sabía tanto de mí?, contesto; -no soy como cualquier otro, soy diferente en muchos aspectos a ti-, -¿como cuales?- pregunté, no dijo nada en un tiempo, -¿quien soy? no te sirve, es mejor preguntar ¿qué soy?-, -¿y qué eres entonces?-, comenzó a platicarme sobre él y sus compañeros, que no eran humanos, eran algo así como espíritus con una forma física, según entendí, me mantuve escéptico y le dije; - si así fuera, ¿que hacen aquí?-, me dijo que ellos no sabían porque pero que lo único que conocían era su función la cual consistía en salvar gente que fuera a su paso, con un tono sarcástico le contesté que seguro eran doctores o algo así, no pareció causarle gracia, y dijo que ellos sólo sabían lo que en determinado momento podía pasarle a las personas a su alrededor y así prevenir cualquier tipo de accidente fatal, una vez mas solté una pequeña risa y le di por su lado al joven, él seguía con aquella cara seria y se me acerco, cuando me di cuenta la música ya no se escuchaba y el viajero me empezaba a dar algo de miedo conforme se acercaba, traté de hacerme para atrás y choque con algo, Al girar vi que era uno de los demás viajeros, me encontraba rodeado, trate de salir pero no podía, gire buscando una salida, la desesperación era intolerable la jaqueca apareció de pronto mas fuerte que nunca, ya no me podía mantener en paz, tenía que salir de ahí rápido, al tratar de correr uno de los jóvenes me tomo de la cabeza con sus dos manos, trate de soltarme pero no pude, el dolor en mi cabeza era intenso todo parecía nublarse, el sujeto empezó a aflojar sus manos, y comenzó a gritar, finalmente me soltó y se dejo caer al piso con las manos en la cabeza, mi dolor había desaparecido, tal parecía que se hubiera pasado al viajero que me tomó la cabeza, seguía desesperado y aprovechando el espacio salí corriendo de ahí, rumbo al pueblo, llegué a mi casa y cerré la puerta me acosté a descansar temeroso de cualquier cosa.
Desperté al día siguiente con una paz interior inigualable, me sentía mas despejado que nunca, y fue cuando recordé los hechos del día anterior algo de aquel pánico volvió a mí, una paranoia de que alguno de los viajeros me observara era tremenda, cerré todas las ventanas y puertas con llave, me senté en mi escritorio, tome la pluma y empecé a escribir, tanto temor y angustia habían creado en mi mente la historia mas fantástica que jamás pude imaginar, así es que me dediqué a plasmarla en el papel, pasaron alrededor de cuatro horas y yo seguía escribiendo, la tarde empezaba a caer, por lo visto me había despertado muy tarde, las palabras no dejaban de fluir de mi mente, era la máxima inspiración que se podía tener, todo continuó igual hasta que mis oídos advirtieron un sonido al poner atención me di cuenta de que se trataba de música, la música de los viajeros, pero aquella música no se escuchaba hasta mi hogar anteriormente, eso significaba que se encontraban cerca de mi casa, la paranoia volvió, busqué un arma o algo con que defenderme lo único que pude tomar fue viejo madero que tenía arrumbado, me paré en el centro del cuarto y me puse en guardia, me calmé y logré escuchar la música de nuevo, era hermosa, sublime, pero no podía sentir miedo hacia esa música, como algo celestial acercándose, lo primero que me saco de ese trance fue una silueta que pasaba por la ventana, inmediatamente mi respiración se torno agitada, el sudor recorría mi frente, sentimientos encontrados como si dentro de mí hubiera una lucha entre la paz de la música contra la angustia que generaba mi mente, llamaron a la puerta, solo les pude gritar que se fueran, la cerradura sonó, y la puerta comenzó a abrirse, como era posible cerré todo con llave, y entró uno de ellos era el viajero que ya conocía y entro tocando su flauta, el verlo me calmó como si se tratara de algún pariente, se detuvo frente a mi y dejó de tocar, en ese instante el madero que sostenía parecía pesar una tonelada y lo solté retumbo en el piso con un golpe seco, el abrió sus ojos, aquellos ojos perturbadores, y dijo; -elimina todos esos malos pensamientos, sobre nosotros, tal parece que no nos entendimos bien-, una vez mas pasaron imágenes frente a mis ojos, los recuerdos de la noche anterior cuando me encontraba rodeado y platicando con él, luego volvió mi conciencia y me dijo que su compañero había absorbido ese intenso dolor que yo padecía, no me había percatado pero en todo el día no me había dolido la cabeza para nada y mi imaginación se veía despejada, todo lo que pude pronunciar fue -¿qué quieren?- el viajero contestó –ya te lo dije ayer solo queremos ayudar, vamos viajando por el mundo tratando de salvarlos- mientras decía eso colocó su mano en mi hombro y parecía que yo volaba en un sueño claro y limpio, mi respiración se había relajado, me encontraba en paz, él me pidió que lo acompañara, sin pensarlo lo acompañé de nuevo, afuera de la casa solo había dos flautistas mas, estaba el joven con los cuatro listones y la mujer. Caminamos a lo largo de la calle mientras caminaba vi a mis acompañantes, los tres caminaban con los ojos cerrados tocando, al fijar mi atención en la mujer ella abrió sus ojos, por un momento me asusté, pero me quede viéndolos fijamente eran de un color café que brillaban como si tuvieran luz propia, mi pie se atoró con una piedra y el pequeño tropezón me hizo poder separar la vista de aquellos ojos. Al fin llegamos al bosque los dos acompañantes se quedaron en el claro de la noche anterior y yo continué con el viajero que conocía, nos adentramos en el bosque y subimos a un pequeño risco, ahí se podía ver casi todo el pueblo, él se paró en la orilla y se quedó ahí inerte, le pregunté que porqué me había llevado aya, él me dijo que no debíamos temerles que su intención de verdad era buena, ayudar. Me contó que al igual que los humanos normales no conocían su origen, solamente algo tenían claro como si fuera por instinto, que debían salvar a la gente, la gente que se le presentaba en visiones futuras, estando en peligro, le pregunté que porqué su amigo me había quitado el dolor, y dijo –todos aquí sabíamos tus tristezas y tus alegrías con el simple hecho de verte, nuestro propósito es ayudar y lo único que hacemos es absorber tu dolor esperando que seas feliz, eso puede explicar nuestro aspecto, todo el sufrimiento y tristeza que hemos absorbido a corrompido nuestras formas físicas, si tu hubieras estado en peligro alguno de nosotros hubiera llegado a salvarte si hubiéramos podido-, todo lo que decía sonaba con mucha lógica no como la noche anterior que lo único que parecía era una broma. Seguimos hablando un rato sin movernos, cuando de pronto el guardo silencio y cerro los ojos como meditando luego volteó hacia debajo del risco, me asomé y alcancé a ver a los 2 viajeros que se quedaron debajo, ellos voltearon hacia arriba como esperando ordenes, de pronto los dos salieron corriendo desapareciendo entre los árboles, yo pregunte que pasaba, el me contestó – recuerdas a tu amigo el escritor, pues su casa comenzó a incendiarse y el morirá adentro, a menos de que ellos lleguen a tiempo-, un temor tremendo me invadió de pies a cabeza. Guardamos silencio por diez minutos aproximadamente cuando el dijo de la nada –lo lograron sacar, pero uno de mis compañeros esta herido-, pasaron otros diez minutos en lo que trataba de acomodar todas mis ideas y pensar en algo que decir o hacer, cuando los dos viajeros regresaron uno cargando al otro, así es que bajamos a verlos, cuando llegamos estaban recostados en la piedra, la chica aclaro que una viga cayo sobre su espalda pero que ya había sanado, solo faltaba esperar, él me dijo que como se podía ver, ellos podían sanar mas rápido que cualquier humano y aguantar mucho mas dolor. Pregunte por mi amigo el escritor, y la chica dijo que lo dejaron fuera de un hospital con unas quemaduras pequeñas pero bien, la calma volvió a mi y escuche pasos detrás de mi, el viajero que faltaba volvió, tenia el cabello negro y ojos del color mas oscuro que se podría imaginar, venía vestido con una camisa verde oscuro que estaba desgarrada, él se notaba cansado, subió a la piedra más alta y se sentó con los ojos cerrados. Salimos de aquel claro y caminamos en el bosque, pregunté que le había pasado al joven de pelo negro, él me explicó que podía ver cosas mas rápido que todos los demás y advirtió una carreta que sus caballos se habían desbocado y traía a una familia, él los alcanzo por otro camino y los sacó brincando de la carreta, talvez con la caída se había herido, eso no lo sabía.
Todo parecía muy raro para mi, era todo un mundo nuevo que debía entender, nos sentamos en un tronco y el comenzó a tocar su flauta, la belleza del sujeto a la luz de la luna era cautivadora pero mas que nada la tristeza que desprendía, después de escuchar aquella bella música una vez mas, le pregunté porque todos la tocaban, a lo que él dejo de tocar y me contesto que era una forma de sacar todos aquellos sentimientos que han tomado de la gente, la tristeza y el dolor espiritual, nos mataría si lo retuviéramos, de pronto otra flauta a lo lejos parecía contestar a la canción. Él me dijo que ya era tarde y me tenía que ir, regresé a mi casa y una vez más estaba lleno de inspiración por lo cual comencé a escribir y pasé así toda la noche.
La noche siguiente fui a buscarlos no había nadie en el claro, busque y busque pero nadie estaba ahí, por un momento me dio la impresión de que las flores habían crecido mas y mas bellas que antes, seguí buscando y solo encontré un bulto sobre una de las piedras. Lo destapé y era la flauta de dos listones y dos hojas de papel, al tomar la flauta vino a mi aquella canción que él tocaba, después volví a poner atención a los papeles, uno era una partitura hecha a mano al parecer de aquella melodía de los viajeros, y el otro era una carta que decía:
-te regalo mi flauta, ya no la necesitaré mas, después de cerca de 200 años descubrí que con hablar con alguien es necesario para alejar a todos mis demonios, penas y tristezas, tócala cuando necesites inspiración o encontrar paz interior...-
El final de esa palabra está rayado como si hubiera terminado la carta forzadamente. Al terminar de leer, la tinta desapareció y la carta se desmorono en cenizas, no quedo nada de esa escritura.
A partir de ese momento un sentimiento de soledad y tristeza permanecen en mí, un vacío se ha alojado en mi interior, al parecer por siempre, mis historias se han vendido mucho, y la gente parece conocerme y admirarme, prácticamente no he hablado con nadie, mi vida se limita a escribir y recordar a aquellos sujetos que marcaron mi existencia, quemé la partitura, la flauta yace en uno de mis libreros oculta bajo escritos y bocetos y nunca jamás fue tocada.

Texto agregado el 11-01-2004, y leído por 491 visitantes. (0 votos)


Lectores Opinan
11-01-2004 El texto está muy bien escrito, aunque el tema de extraterrestres salvadores es trivial. superalfa
 
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