Me encontré con la deidad
agreste que fluía con estruendo
entre las opacas brumas
y el gélido rocío

pude concluir que
quiero ser su aliado
y con fuerza siempre
mi anhelo ha sido

ser protector de verdes
y de aguas cristalinas
defensor del canto oblicuo
de las aves en sus nidos

pude concluir sin lugar
a equívocos de cualquier color
que subo en la espiral ascendente
que me lleva alto

muy lejos de lo irreparable...
que me lleva alto
muy lejos de
antiguos quebrantos

y ahora,
en el dulce presente
puedo concluir de nuevo:

abrigo con anhelos
los mejores sueños
con las mejores ideas
antes que el olvido

deshago con fraudes
la dispersa osadía
de la lluvia en la ciudad
que por igual me ha mojado

digo que he vuelto
y quiero creer que regresé
viene también conmigo
lo que dejé
lo que no he visto

y en mi ventana de ausencias
pasan los árboles
junto a los pájaros
pasan y dejan estelas
de nubes, de sueños rotos

pasan y dejan estelas
como la necedad del eco
retrocediendo en su viaje
para encontrarse conmigo

retroceden y desdibujan
los malos presagios
que no se aferraron
a mi sombra jamás

puedo concluir que quiero
elevar mi canto triunfal
junto a ese dios de los bosques,
las selvas y las montañas

junto a los pequeños
seres que nadie oye
que nadie ve
que a mi retina se han revelado
y en su alegre danza
del diario trabajo
pasan y dejan sus huellas
para encontrarse
por siempre, conmigo.