De vez en cuando llega un instante en el que dejo de ser yo, poco a poco empiezo a perder energía, mi gruesa piel empieza a tornarse débil y rojiza, su dureza se transforma y se convierte en una masa viscosa y gelatinosa por donde el mas mínimo rasguño se vuelve una herida mortal, mis ojos pierden su brillo, se inyectan en sangre y mis pupilas contraídas se dilatan de tal forma q el mas mínimo ápice de luz me produce ceguera, la sonrisa de mis labios se vuelve fría y no expresa mas q dolor, conformismo, desesperanza, mi corazón deja de ser de acero y se transforma en una dulce ambrosia que por su escasez atrae a infinidad de seres dispuestos a penetrar en mi, devorar su centro y partirlo en mil pedazos para alimentar a sus crías…
De vez en cuando llega un instante en el q empiezo a ser yo, despojo de mi cuerpo la gran armadura que limita mi libertad, que me protege del mundo, me quito los anteojos q me permiten ver mas allá de lo evidente, y que me llenan de ínfulas de grandeza, sumerjo en un vaso con agua mi dentadura de 24 quilates, q me da admiración y reconocimiento de los demás, quito de mi corazón el cartílago que se creo por el paso del tiempo, por los malos ratos, y por la fortaleza q había q improvisar cuando alguien me pedía un consejo….
De vez en cuando llega un instante en el que muto de mil formas gracias a ti…
De vez en cuando llega un instante en el q tú eres mi única compañía…
De vez en cuando llega un instante en el que solo recuerdo tu nombre, soledad.
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