Cuando bajaba las escaleras de casa, (y hay que tener en cuenta que es un edificio muy alto), tropecé con la vecina del tercero, nooooo, ¿por qué? sabia que me iba a entretener y yo tenia mucha prisa, tenia que escaquearme fuera como fuera pero discretamente, sin que apreciara que yo tenía prisa, sino se las apañaría para enterarse de donde iba con tanta prisa y además tan arreglada, ya lo estaba intentado cuando tuve la gran suerte de que la vecina de cuarto, doña Paquita, tuviera la deferencia de elegir ese momento para salir a comprar el pan y su hija también fue muy considerada conmigo echándose un novio nuevo y dejando que la portera los viera besándose en el portal, con lo que el cotilleo estaba garantizado por parte de doña Úrsula, así pude empezar a dar discretos pasos dirección al rellano de abajo y poder seguir con mi camino.
Por fínnnnnnnnnn, ya llegue a la calle, ahora solo me quedaba esquivar a la tendera del puesto de verduras y a la dueña del video club, antes de llegar a la parada del autobús.
¡Meta conseguida!, estoy en el bus camino del centro de la ciudad. Estoy sentada y pensando por que tengo tanto interés en ocultar a nadie donde voy o donde dejo de ir, total solo quería salir de casa a tomar el aire, mirar cuatro escaparates y tomar algún refresco. ¿Pero que leche a quien le importa donde yo vaya? Así tendrán algo de lo que hablar y comentar y mi vida parecerá más interesante de lo que es.
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