AUN FIEL
Ayer después de todo el revoltijo de la casa, me fui, salí muy macho tirando la puerta. Carajo, necesitaba estar solo, la playa esta cerca y era invierno. Estuve hasta muy tarde en la orilla del mar, bebiendo solo, algún licor de moda; el romper de olas iluminaba, yo una sombra junto al bullicio de la ciudad. Luego cuando el bullicio se durmió, se podía escuchar de entre sombras, figuras en los huecos de las olas. Sin ver como, sin sentir donde, me acerque a una forma en la orilla que ondulante llamaba; era como mujer, como la que uno sueña, cabellera suelta, labios pequeños, pechos medianos, justo para mis manos, una sirena. Trataba de acercarse, salir del mar, la ayude, tome un trago y me senté en la arena. Ella hablaba, pero sus labios no eran para escuchar, eran para besar..... no sabían besar. Sus pechos brillaban y la quise llevar al coche, no sabia caminar; la levante en brazos y desfallecí en su cintura. No recuerdo si subió al coche, pero ya de madrugada la deje en la pista, donde se ahogo y desapareció con la primera luz. Cuando llegue a casa, mi mujer dijo, hueles a cerveza, ¡ borracho! ; ¿solo cerveza? ; Si, solo cerveza, ¿no huelo a pescado?, No solo cerveza, dijo. Le di un beso, dormí feliz
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