y quiso dios que la tierra se abriera como una manzana en dos mitades del mismo tamaño,
en dos planetas distintos, que ademas
cada año puntualmente, debido a su nueva manera rotar, colicionan levemente sus bordes haciendo temblar de pavor a ambas civilisaciones.
los humanos alcanzamos en relativamente poco tiempo muchos logros increibles, la hazaña de construir naves espaciales al servicio de los pueblos, que surcan impertinentes el espacio a nuestro antojo, y que van y que vienen, de una manera omnipotente, ovnipresente.
nuestra cultura de antaño ahora dividida nada menos que por el espacio del cosmos en dos civilisaciones flamantes; pero que se diferenciaran con el transcurrir irremediable de pasar del tiempo.
dos planetas cara a cara y un mismo dios hasta el momento.
y dios acabo con fortuna exitosa, bajo las garantias que devienen de los susto en masa,
con aquel mas que fastidioso, antiguo y hoy extinto coraje desmedido, que nos caractrizo tanto a los hombres a lo largo de la historia pasada,
por culpa de aquellos gobernantes que irresponsablemente dirigieron al mundo que ya fue. a pesar de todo nos coloco una mision a los hombros para que dociles de temperamento y acabadamente buenos, cada uno en su mitad correspondiente y en la suya propia,
hechemos a andar de una buena vez por todas, unidos como tiene que ser, de la mano de nuestros flamantes vecinos extraterrestres,
sin atacar nunca mas la escencia de la vida que es la paz.
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