Para otro día vivo esperando,
cansado y esperando,
para otro día la lectura de un viejo poema que te he escrito,
para el día que pueda recitarlo con esta boca,
para otro día la respuesta de mis cartas,
para otro día lo que yo deseo para hoy,
para otro día, ese es el día para el que vivo yo.
Para otro día en el que pueda escuchar tu voz,
para otro día en el que puedas oír la mía,
para otro día en el que espero tu respuesta, tal como lo hago hoy,
porque siempre la respuesta es esa,
para otro día…
Para otro día, escucharas mi voz resquebrajándose por el dolor,
para otro día tu respuesta a mi cariño,
para otro día que nunca llega,
porque hoy es el hoy y siempre será hoy.
Para otro día en el que tengas tiempo,
para otro día en el que ya no duela mi voz ni mis palabras,
para otro día en el que te arriesgues a saber lo que estoy sintiendo,
para otro día en el que sabrás por cuanto tiempo espero,
para otro día más, esperando dormido con un ojo entreabierto,
para otro día esperando ese tren que nunca pasa…
Para otro día en el que puedas saber de mi boca lo que siento,
para otro día en el que desees oír lo que pienso,
para otro día en el que el “yo” sea más importante que el “eso”,
para otro día en el que, dormido en el andén con mi boleto inútil,
espero el tren que no pasa, porque pregunto y pregunto,
pregunto a esa gente de la empresa llamada “compañía”,
pero la respuesta es siempre la misma,
para otro día amigo, para otro día…
Carta de reclamo al metro de Santiago (Línea “compañía”) |