LOS AMORES DE SHAKESPEARE
(HOMENAJE A LA OBRA DE JOHN AUBREY)
Cuando los biógrafos intentan hablar de las mujeres que pasaron por la vida de Shakespeare -por supuesto obviaremos la acusación difamatoria de homosexualidad que algunos postmodernos han inventado- todos aluden a los teatros, tabernas y lupanares de Londres. Dijo Joyce que hablar sobre la vida del Shakespeare era como una congregación de clérigos discutiendo la historicidad de Jesús -el irlandés, como siempre no dejaba de pensar sino dentro de la Iglesia-, pero olvidan el valioso testimonio de John Aubrey, arqueólogo inglés nacido en Whiltshire en 1626. Cuenta Aubrey que el gran dramaturgo inglés paraba siempre en una posada de Oxford durante los viajes que hacia entre Londres y Stratford-on-avon. Shakespeare se enamoró de la mesonera, y pasaba la última noche antes de reunirse con su legítima esposa e hijos cometiendo adulterio con ella. De está unión contra natura, nació un hijo bastardo, el poeta William Davenant, al que la falta de un hogar, sin duda, le llevó por el mal camino de la bebida. John Aubrey, que cultivó una gran amistad con el 'hijo' de Shakespeare, cuenta esta verdadera relación de Shakespeare en uno de sus libros. De los hijos legítimos del gran genio inglés nada sabemos, casi tan poco como su vida, sólo esta pincelada de Aubrey da fiel testimonio.
En estos tiempos de depravación literaria, no estaría mal volver la vista a libros olvidados como 'Architectonica Sacra' y 'Miscellanies' (1696), que demuestran que Aubrey, además de gran arqueólogo era también un gran escritor, aunque demasiado lúcido quizá como para ser leído en la postmodernidad. |