LOS ESCRIRES SOMOS COMO NIÑOS.-
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MARIODELAFUENTE@CHILE.COM

El ESCRITOR, como niño es egoísta , su posición frente al mundo es egocéntrica. En realidad esta es la posición más profunda del hombre, ( el instinto de conservación primero y el de reconocimiento en segundo lugar ) ,pero tal egoísmo, se reprime con el roce social normal en el tiempo, o se disimula, y solo aparece en determinadas formas patológicas. Solo ama a las personas que son buenas con él. No existe por el momento, un sentimiento familiar heredado. El niño se siente enemigo del mundo. Teme a todo lo extraño, esta neofóbia parece ser un instinto heredado. El amor del niño o de la niña, comienza a desarrollarse en cuanto nota que alguien o algo le ocasiona alegría y felicidad ( igual que los animales, los reflejos condicionados ), su anhelo de cariño es insaciable, quiere que todos los que le rodean sientan cariño y admiración por él , especialmente la madre. ( Aquí hay un acercamiento con el adulterio ).

Esta es la génesis de la felicidad para toda la vida y estas experiencias estarán presentes a cada instante. Solo por estos comportamiento , se puede determinar cuando un adulto tiene actitudes inmaduras o infantiles.

Se ha podido comprobar muchas veces, que el niño representa al hombre primitivo y que todos los sentimientos del hombre primitivo se podrían transformar en sentimientos civilizados.

Esto es lo que debe modelarse. Su temor a los demonios y ladrones está justificado. Debemos comprender además la preferencia de los niños a los cuentos de miedo de monstruos y escalofriantes. Estos cuentos rozan la parte criminal que hay en todo niño. A los adultos que aún les gustan este tipo de relatos, películas o libros, es porque esta parte de la conducta primitiva de la infancia no la han superado aún.

El niño es absolutamente egoísta , odia al mundo , el escritor odia a los otros escritores y lo que lo representan y solo ama objetos que le producen placer. Juega con pensamientos de muerte y quisiera eliminar a todo el mundo. Los adultos que presentan estos comportamientos aún no han superado esa etapa, ni siquiera han adquirido la capacidad para mimetizarla entre otros actos sociales.

Hay que aceptar que el niño normal tiene siempre predisposición narcisista y cree en un poder mágico. El niño es siempre exhibicionista y con la educación supera este exhibicionismo, inculcándole al niño el pudor. El exhibicionista transgrede los límites del pudor, siempre que haga de esta actitud una ostentación, ya que hay que sacarlo del contexto de la posición católica victoriana o puritana; la actitud delictual o mal intencionada y con dolo está , entonces, restringida a las áreas abiertas al público, por tanto, la posición de la sociedad moderna indica que no existe el exhibicionista en privado, tampoco, el que quiere mostrarse desnudo total o parcialmente en lugares habilitados especialmente para tal efecto, en las sociedades en las que es aceptado el desnudo.

En los niños normales la conversión de los impulsos primitivos se realiza tempranamente, gracias a las influencias de la educación, pero por sobre todo, a los consejos y buenos ejemplos de los padres. Es poco conveniente que los niños se hagan exageradamente pudorosos y nunca debe decírseles que " el sexo es sucio", " que es un asco" o que no hay que, siquiera juntarse con personas del sexo opuesto o ser extremadamente aprehensivo al impedir que personas cercanas les acaricien, sobre todo , a las niñitas.

Porque esas frases son las mayores generadores de desviaciones sexuales, además de ser inductoras al lesbianismo y homosexualismo.

Está completamente comprobado , que algunas enfermedades mentales como la neurosis obsesiva, terrible flagelo del hombre civilizado y moderno, comienza, por lo general, como a los cinco años de edad, las muecas, los tics, miradas al reloj, risas forzadas, llantos forzados, toda clase movimientos curiosos, las compras obsesivas, los ceremoniales in conducentes , la parafernalia sin causa, el boato inoportuno, las palabra rebuscadas y sin sentido, todas las fobias, manías e idiosincrasias, la siutiquería , son consecuencia de problemas sexuales primitivos de los niños y niñas.

La poca afición al trabajo y al sacrificio de los adultos, es un síntoma sobresaliente del infantilismo, cuando un niño no quiso estudiar, sino jugar, y el adulto que padece de un grado de infantilismo cuenta con el placer infantil, no quiere trabajar y en caso de imperiosa necesidad , tan solo hará fácilmente y agradablemente el que le cauce placer y siempre estará e conflicto a causa del trabajo. ( síntoma de lo más fácil )

El niño depende del hogar , casi enteramente y debe entenderse como hogar a una familia compuesta por padre, madre y hermanos, también puede faltar alguno, o simplemente todos, como decíamos anteriormente. Un niño, por ejemplo, está en un hogar o en una familia, aunque haya sido adoptado, ese hogar es, completamente valedero para efectos educacionales y formativos. Puede criarse perfectamente bien en un hogar de menores en riesgo social o protegido , en donde los roles están ocupados por varias y diferentes personas, que incluso, podrían ser del mismo sexo y que los roles se encuentren cruzados.

Este hogar determinará la aceptación o rechazo social, las alegrías y las tristezas del niño en el futuro. Los principios y ejemplos dados por los padres o tutores le llegarán mucho antes de que tenga conciencia de la enseñanza impartida por otras instituciones de la sociedad y no cesarán de ejercer su influencia, en tanto que el niño se encuentre al interior del hogar y cuenten con la aceptación o el rechazo de sus padres o tutores.

La situación inversa, determinará la atmósfera psicológica que lo rodea , antes de que pueda comprender apenas las palabras pronunciadas en su presencia. La familia, en el contexto amplio que le da este autor, es el agente esencial para la socialización del niño pequeño y para presentarlo en el medio donde debe desarrollarse y crecer. Cuando al niño le falta el tierno afecto ( el afecto no solo se entrega por caricias y objetos materiales , es más importante la cercanía, la sensación de estar cerca, de seguridad, que los arrumacos inducidos, histéricos, falsos, rápidos, etc., a cambio de varios días de ausencia ), cuando le falta el verdadero afecto de los padres, prolonga por mucho más tiempo la egocentricidad, se vuelve miedoso y empieza a establecer sus medios defensivos desarrollándolos en forma de actitudes de desconfianza y venganzas mentales.

Los niños aprenden de los padres, es por ello que los padres no deben quejarse ,ni gritar, inventar enfermedades , tener actitudes hipocondríacas o suicidas delante de ellos. Los niños aprenden por imitación, también el trato con las mujeres y de éstas con aquellos.

Los niños y los jóvenes tienen necesidad más de calidad de relaciones de afecto que de cantidad, y al mismo tiempo, necesitan que su auto estimación sea respetada y defendida. Hay un límite en esta actitud de parte de los padres, que no se debe transformar en sobre proteccionismo , en falsos alagos, en regalos inmerecidos, etc., cuyo resultado a largo plazo será una actitud inmadura. Nuevamente será peor el remedio que la enfermedad.

Cuando las manifestaciones de afecto o de deseo de pertenecer a alguien o a algo, son rechazadas, o cuando se ve amenazada su auto estima, se pone de manifiesto una hostilidad en su conducta, acompañada por sus íntimas correlaciones: la sensibilidad y la frustración.

La hipersensibilidad y la frustración son dos causales directas de la infelicidad de los humanos. ¿Lo serán en los escritores?.-

……CONTINUARÁ….