Voy caminando por la calle, mejor dicho corriendo. Quiero llegar pronto a mi casa para meterme a la piscina porque hace mucho calor y ya no lo soporto más. Ya estoy llegando, estoy en la calle de mi casa. Cuando toco el timbre me doy cuenta de que hay un camión de mudanza frente a la casa de una de mis amigas, olvido que hace calor y que quiero meterme en mi piscina, no puedo creer que se mude y no me lo halla dicho antes. Estoy muy triste y no lo puedo creer. Cuando me abren la puerta voy a mi pieza y me quedo allí, sola. Se que en ese lugar nadie me va a molestar. Me acuesto en mi cama a escuchar música, pero por primera vez eso no me tranquiliza ni me pone feliz. Trato con distintos tipos de música, mas nada me calma. No quiero hablar con ella por que estoy enojada pero si no se va hoy voy a ir a verla mañana.
Cuando llega mi mamá en la noche no le cuento nada, prefiero olvidarlo; ya es de noche y por primera vez después de tanto tiempo en vez de encender el computador en la noche como todos los viernes me acuesto temprano.
Son las doce de la noche y no puedo dormir. Me despierto cada cinco minutos con pesadillas. Me levanto varias veces y prendo la tele pero no hay nada divertido. Al final me decido por una película cualquiera y espero que amanezca. Apenas siento ruido en la casa de al lado me visto y voy a hablar con Carolina, mi amiga. Toco el timbre y ella sale a abrir la puerta. Tiene la cara pálida y parece asustada. Le pregunto si la cara es por que tiene pena de mudarse y dejarnos...me entristece verla así. Para consolarla le digo que podemos seguir siendo amigas, pero ella me hace callar y me dice que no se va a mudar...que el día anterior unos astutos ladrones vinieron en un camión de mudanzas y se llevaron casi todo. Yo le cuento lo mal que lo pase pensando que se iba, nos abrazamos y vamos corriendo a tirarnos a la piscina...desde el día anterior que tengo ganas de hacerlo.