Solo pensar en ti me quema el alma. Crei haberte olvidado, borrado de mi mente, de mi memoria, pero no de mi corazon. Cierro los ojos temerosos, que no quieren cerrarse porque saben que veran tu rostro, tu cara. Puro reflejo de un ayer, un recuerdo, instantes que ahora se convierten en un todo, en una sola existencia bordada por una realidad de ignorancia y olvido.
Cojo el reuerdo en mi mano y de el extraigo el sentimiento; puro, volatil, en movimiento. Suave al tacto, lleno de luz, de claridad, de esencia viva. Lo aprieto en mi mano, con fuerza, queriendo estrujarlo, deshacerlo, pero se me escapa, resbalandose entre mis dedos y cayendo para volver a su estado entero, eterno, inseparable.
Lo recojo y vuelvo a meterlo en su jaula. Una jaula gris, oscura, fria. Lo vuelvo a meter en mi corazon. Quizas alli se marchite, se ahogue, se muera de pena y melancolia.
Mientras, yo seguire viviendo, cargandolo conmigo, dentro de mi, con miedo. Miedo a verte y a que el sentimento salga, se escape de mi jaula, de mi corazon y se haga grande, fuerte, arrancandome el alma, asfixiandome, llevandose mi ultimo aliento.
No quiero, no puedo verte. Quiero vivir asi, sola, callada, con mi sentimiento enjaulado para que no tenga alas. |