LAS AMBICIONES Y LA FELICIDAD.
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MARIODELAFUENTE@CHILE.COM

Parece un contrasentido afirmar que, a veces, el hombre y la mujer, encuentran en el fracaso , la felicidad que no pudo encontrar en el éxito.

Es sin embargo, lo que le sucedió a muchos chilenos y sudamericanos en épocas recientes y le sucedió a los europeos, después de sus guerras, un interesante trabajo y estudio destinado a explicar porqué, en muchísimos casos, la búsqueda de riquezas, ocios, viajes, y aún, los amigos y la sociedad resulta en una fuente de desdicha. El caso es tan interesante que vamos a resumirlo, como también la lección que de él se saca..:
El Sr. Gustavo W., descendiente de alemanes, ingresó a la Fuerza Aérea llegando a ser Capitán, encargado de las adquisiciones internacionales en cuanto al control de calidad de los aviones. Cargo de absoluta confianza del Director de la Institución, e incluso, del mismo Presidente del Gobierno el General Pinochet, situación que le implicaba muchísimos viajes internacionales, estadías en los mejores hoteles, regalos especiales, dinero en considerables cantidades y su sueldo mucho más que triplicaba al de sus compañeros, por hablar sólo del “dinero limpio”.

Pero se encontraba descontento con su abolengo y con su suerte y continuamente deseaba iniciarse o independizarse como empresario en la vida privada y en el área de la aviación civil, como la mayoría de los oficiales de la FACH cuando llegan a los 20 años de antigüedad ,él aprovechando los inmejorables contactos que disponía.

Fue así que empezó a recibir y a exigir, en su momento, a los proveedores cantidades importantes en dinero y hasta aviones tamaño mediano ( navajo; cheroqui , etc. ) por su "visto bueno" para las compras a determinadas empresas de parte del Estado, lo que se llama comisiones por triangulaciones. Al tiempo, habiendo iniciado su negocio particular decidió retirarse de la Institución, con el grado de capitán ( nadie se retira voluntariamente en ese grado, porque pierde los derechos ), con el fin de labrarse una fortuna y progresó económicamente mucho, a los pocos años tenía propiedades, yate, varios aviones de tamaño mediano, que formaban una empresa de relativa importancia a nivel nacional.

Compró una empresa pesquera que estaba a punto de quebrar a través de " Información Privilegiada".

Con su espíritu dinámico y emprendedor, la hizo producir ganancias y revivir. Gastaba también, sólo en su familia ( esposa e hijos ) a troche y moche, dejando olvidado a los que fueron sus compañeros de trabajo, a sus amigos , a sus padres y hermanos, los que muchas veces, le habían ayudado cuando sus situaciones económicas eran paralelas y obviamente necesitadas. Con todo esto, se creía importante y feliz.

En vez de consultar a otros , prefirió siempre tomar sus propias decisiones sobre el destino de sus recursos, se consideraba bien informado sobre todo en el mundo de las finanzas. Se reconocía aventajado y aprendió a lidiar con un asunto árido y con mucha independencia. El problema , es que acostumbraba a ser así también en la convivencia social, prefiriendo sus propias opiniones y despreciando los consejos ,aunque sean buenos.

El Sr. W. aparentaba tener mucho más dinero que el que realmente tenía, con el fin de impresionar a los que lo rodeaban, nunca trataba el tema de los tiempos difíciles en conversaciones de amigos. Podía hacer lo que quería porque, supuestamente, la familia era también feliz. Pero una catástrofe económica generada por un empleado de su confianza y el descontrol en la educación de sus hijos, se encargaron de hacerle ver cómo se obtiene la verdadera felicidad, al derrumbar completamente " su castillo de naipes".
Lo único que salvo de la catástrofe, ocasionada por un empleado desleal, tan desleal como él fue con su Institución y con el país , fue su pensión de Capitán otorgada religiosamente por Capredena (caja de previsión de la defensa nacional ) cada mes. Tenía casi 50 años y necesariamente debía iniciarse nuevamente en la vida.

Respecto a sí mismo, dijo a sus antiguos amigos con los que se estaba re encontrando ," yo ganaba más de lo conveniente para cualquiera. Ahora me haré agricultor, pero un verdadero chacarero en la parcela de mis padres en el sur, no uno de esos señoritos de camioneta nueva y sombrero de campo".......

Y se fue a la chacra de sus padres al sur de Chile y se puso a hacer todo el trabajo para el cual antes le pagaban a un hombre, incluso a un supervisor para que controlara a esos hombres. Se le bronceó el cutis y se le encallecieron las manos, pero su cuerpo se robusteció y su ánimo nuevamente empezó a ser optimista.

Retomó su interés por el viejo piano familiar y no se qué le proporcionaba más gozo, si el viejo instrumento o los cajones de productos agrícolas que le mandaba como sorpresa a sus viejos amigos, al orfanato o al hogar de ancianos del pueblo cercano.

"El hombre verdaderamente feliz irradia buen espíritu". Y el hijo que casi lo había alejado de sí, volvió a su lado y a sus amigos siempre les decía," Papá es ciertamente un hombre cambiado, ahora da gusto tratarlo. Antes era mordaz e inaguantable, todo para él era ganancias, ahora es agradable vivir con él y hasta parece que encuentra placer en la vida"

El hijo que sólo se le acercaba para pedirle dinero, había percibido una verdad importante.

El Dr. Saveu H. Edatam, enseña a los jóvenes siquiatras, por ejemplo, a distinguir entre las personas realmente felices y los pseudo felices.

Cuando luchaba por acumular su fortuna, la felicidad que ostentaba era falsa. Lo demostraba la tirantez que dejaba reinar entre él y la familia y la facilidad que suponía tener. Pero cuando el desastre financiero le obligó a ajustar las ideas a una nueva escala de valores, desapareció la tirantez y el hombre se transformó en una persona feliz, un compañero delicioso.

Los cambios sufridos por su esposa proveniente de una modesta familia y que hacía ostentaciones de riqueza transitoria, los relataremos más adelante. ( sufrió el síndrome de la nueva rica la pobre ).-