Te quiero contar lo que pasó en un segundo.
Sus tripas salieron junto con todo ese menjunje interior,
Excremento abundante y ellas, ambas, abuela y caperucita.
El Lobo, sin embargo permaneció durmiendo, difícil de explicar, pero dormía.
¿Cómo es que dormía mientras el cazador le abría de lado a lado el estómago?
Es una pregunta difícil de responder, pero en fin,
La abuela salió primero y calló de golpe al suelo, desnuda, magullada y media ahogada,
Debe ser difícil respirar dentro del cuerpo de un lobo feroz.
Sobre caperucita roja, hoy estaba más roja que nunca, ensangrentada completamente,
No logró salir de inmediato, pues una pierna se enganchó
Con alguna parte del interior del lobo feroz.
-Que horrible escena- pensó el valiente cazador mientras agarraba de un brazo a caperucita para ayudarla a salir, ella respiraba, y miraba aterrada, sin voz.
En fin, lo demás es cuento de otro segundo.
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