Se dice que los polos opuestos se buscan. Este es el caso típico del mencionado refrán. Un hombre viejo, pesimista, pués su autor preferido era Schopenhauer, padre del pesimismo, se hizo amigo de un joven, optimista, pués su autor preferido, era leibniz, filósofo alemán, padre del optimismo, amistad que duró en ese estado un año; el viejo conoció la teoría del joven y el joven descubrió la teoría del viejo. Como resultado, el viejo se hizo de nuevo, joven y el joven se volvió viejo, a temprana edad. Los papeles se cambiaron, pero ninguno de los dos amigos se dieron cuenta de la metamorfosis ocurrida. Ya van ha celebrar el segundo año de amistad, y aunque el uno es gordo, viejo y feo, es de por sí, risueño: le echa la culpa al joven de su cambio y por eso lo quiere mucho más. El joven, que es simpático y pesimista, se dió cuenta de su cambio y feliz por ser negativo y pesimista, le echa la culpa a su amigo, el viejo optimista, la culpa de su gran cambio.Por esa razón lo aprecia ahora más y los dos se entienden a las mil maravillas.
Sin ser imprudente, me doy cuenta que realmente el amor enceguece y de que forma.... |