Llegan las voces, llegan de todos lados, miro las bocas, sucesión de lenguas, labios, dientes, palabras que se escapan en forma de aire, las veo, algunas son de colores, verdes, amarillas, moradas, no me gustan esos colores, procuro esquivarlas, me mancharán, no puedo, llegan enchastrándome el espíritu con sus mugres, siguen llegando, vienen arrasando a su paso el aire que deseo respirar, lo ocupan ahora palabras que no oigo, parecen balas que se disipan en mi cuerpo sin clemencia, observo, mis ojos se espantan, los cierro con rapidez, siguen llegando, una y otra vez, ya no solo son palabras, son frases completas, o por lo menos intentan serlo, es peor, con los ojos cerrados es peor; ya empiezan, empiezan los lamentos, sollozos, quejas, clamores, sabía que llegarían pero no entiendo qué piden, giro sobre mis pies, y hay más, mucho más, están por todos lados, palabras, palabras, miles de palabras, que dicen? Oigo un vago suspiro, eso sí lo oí, quien se habrá atrevido a simplificar una sucesión de vocablos, de letras ordenadas, para suspirar, busco, busco pero con miedo, si me muevo me ocuparán más, solo me giro un poco, logro ver al intérprete, está justo frente a mi, es la contraparte que se dibuja en mi espejo, he sido yo, yo he suspirado y lo he escuchado, el resto del mundo habla tanto que no, no lo oyó...
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