Querido Poeta:
Se que oculta algo dentro de usted, que la mente no quisiera revelar. Quizás, alguna inspiración olvidada, algún recuerdo vergonzoso, o algún rechazo de parte de memorias quedadas en el pasado. Pero yo digo ¿Donde ira a parar nuestra lengua que expresa imágenes y sentimientos, si es que nuestro ser esta perdido entre el lápiz y el papel? y ¿Será que la inspiración se acaba o usted, digno de ser poeta, se apaga cada vez más su voz, callándose en el viento, dejando de dar armonía a la naturaleza con la bella lírica poética? No deje que sus sentimientos se mueran, usted poeta, porque el sentimiento es aquel que la poesía canta con gran alegría, o con absoluta tristeza. Es la expresión de nuestro estado de animo que nos lleva a escribir "como estamos el día de hoy". Es el sentimiento de atracción de las cosas que conocimos ayer, hoy y siempre y que por ellas es que escribimos nuestras más grandes alegrías y dolores. Es el amor olvidado, que dejamos y que melancólicamente nos dedicamos a escribir, sedados a nuestro capricho de querer olvidar las penas, y seguir adelante. Y finalmente, serian muchas cosas que queremos decir frente a nuestro pasado, presente, futuro, o quizás nuestra bohemia imaginación, que nos lleva muchas veces a escribir una poesía satírica pero majestuosa. Pero, yo quisiera pedirle, poeta, gran artista de cordiales palabras, que no mate a sus sentimientos, deje que los sentimientos lo maten a usted por medio de las frases y de las palabras. Solo asi sabrá que es lo que siente, ama, piensa, y describe por medio de un lápiz y un papel. No trate de olvidarse de aquellos momentos que son el pan que alimenta su lírica poética. No se haga el ciego, señor poeta, porque esos momentos nunca más vuelven a regresar, el tiempo no perdona lo perdido, ni tampoco perdona lo que muerto esta. Simplemente aproveche cada minuto de su valioso tiempo para contarle a su corazón aquellas palabras que uno nunca olvidara, y escribirlas, letra por letra, palabra por palabra, y vera, amigo mío, que la poesía será algo bello de escribir que nunca se olvidara.
Vaya, pues mi querido amigo de inocentes rimas, imágenes sarcásticas, y de espinada alma, a escribir aquellas canciones que en nuestro espíritu siempre sonaran.
Juan Cancio
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