Cristina, Kristinita, KRIPTONITA !!!!
Cristina!!!
Cuando estás lejos de mí, soy como un superhéroe, fuerte, invencible, útil a la sociedad, querido y amado, sensible y justo.
Cuando estoy lejos de ti, mi vida parece tener un horizonte, cumplo las misiones que se me han encomendado, la gente me mira y reconoce en mí a un elemento más de esta sociedad. Reconoce a ese héroe de acero que combate la injusticia.
No, no es Superman!
No. Es el otro…
Yo…
Kristinita!!!
Pareciera que todo funcionara de maravilla, tu con tus cosas, tu teatro y tu libertad, tus sueños y tus acciones, tus días y tus noches… Tú con tu vida.
Yo con mi bohemia, mi lucha, mis cuentos y mis acordes, mi gente y mis amigos, mis días y mis noches… Yo con mi vida.
Ups, sin esperarlo ocurre de nuevo.
Pero, ¿Qué está ocurriendo?
¿Eres tu?
Si, en efecto eres tu.
Cuando mejor es mi condición, cuando mis superpoderes están en su máximo nivel…
Llegas de nuevo.
KRIPTONITA!!!
Eres tu mi KRIPTONITA, parece que nada de lo anterior valiese por si mismo, empiezo a caer sin fuerzas y debo huir para recuperarme.
Siempre pasa lo mismo.
Ya no te puedo ver, eres mi debilidad, el más dulce y prohibido de los frutos.
Esta vez debo continuar, esperando sobrevivir a tu letal encanto.
Mientras día tras día ha de persistir esta relación entre el Superhéroe y la Musa, la Musa y el Superhéroe…
HERICUENTO
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