Hay cosas que no se pueden pasar por alto. Entre ellas, los llamados de ciertos asuntos para realizar y/o hacer otros. Por alguna razón llegué a algunos fotologs. Los leí y me mimeticé. Sí, detalles pequeños, rutinarios, pequeños esbozos de personas jugando a otras cosas. Luego el pensamiento catártico: llover, ciudad, toneles, la historia secreta del futbolista sin piernas y otros cuentos. Seré esotérico.
No confúndase con otras cosas. Pasé por el fotolog de mi hermano, de Alex, de Sindy, de Javiera, de Valeria, de Paula, de Sara y algún otro. Sé que es freak lo que pensé pero allá va: todos decían lo mismo de una forma u otra, lo mismo de la cabeza y los sesos y densamente poético. Poético en lo cotidiano o en lo absolutamente personal. Poético en lo que no tiene verso ni endecasílabo ni golpes en la mandíbula. Poético como el patibulario que no escribió Neruda.
Verlo todo así me perturba. Me asemejo a un choro zapato sin choro en una playa de mar agresivo que no deja de penetrarlo. Y pienso también que es imposible creer que la memoria o la loquera sean la misma cuestión. Imagino, por ejemplo, que está otra vez Sara al frente mío a finales del 2004 o principios del 2005, ese día de mucho calor y cuando Natalia urgueteaba curiosa el bolso que me había regalado. Estábamos en el suelo cuando se acercó y preguntó unas cosas. ¿Y si dejo de poner los nom? ¿Y si salpico y si prendo la luz? ¿Y si te desaparec?
LA INCONCOMITABLE TERQUEDAD:
Si él tuviera un fotolog, su fotolog sería cuático. Siempre lo he dicho y pensado. Se lo he dicho y pensado. Te lo he dicho, te lo pensé. No te diste cuenta cuando lo pensé. Es que no era yo, era otro, era alguien con piel y con cerebro, alguien con dientes, con sangre, alguien te lo dijo, eso creiste, pero era yo. Yo. Nadie más. Y entonces en la micro sonaron canciones raras. Nos reímos. ¿Wagner acá, mierda? Comentaste. "Un momento glorioso" dije yo, emocionado. "Cuando me baje le pediré el nombre al señor". No lo hiciste. No lo hiciste pero no importaba, el momento se vivió, y se vivió bien. Y es que eras tú, no yo. Tú, pero de pelo largo, rubio, o negro, da igual. Eras tú y yo en un hombro a kilómetros de distancia, y diecisiete ventas por correo a la misma puta madre, dijiste.
Si lo piensas bien. No, olvídalo, no lo pienses bien. Farfulla no más. Farfulla como si fueras un caballo. Bucéfalo, el de Alejandro. Si Alejandro tuviera un fotolog no hablaría de cine, hablaría de Alejandro, porque Alejandro es la persona más pesimista del mundo y nadie lo sabe. Varios piensan que los grandes pesimistas son aquellos que se muestran negativos, como la Maigo o Zapata, pero no. Eso no es cierto. Nadie es más negativo que Alejandro y nadie tiene una historia más ricamente poética que la oculta del Ziget. Y es que estamos difractados en un plasma quebrado y después de eso el barro aparte de mojar, calienta.
Calienta las manos y el frío es gigante. Me siento en una piedra y me envuelvo en la niebla. Un recuerdo viejo, más de cuatro o cinco años. Cinco. Cinco, en ese tiempo escuchaba a Bach seguido y lloraba. El tiempo pasa rápido al final. Supongo que para los viejos pasa más rápido todavía.
Me contaron que murió el Kimba, o el Peluche, como le decía la Lucienne. Dicen que murió de hambre o enfermedad, que estaba en los huesos y que aparte de sordo era también ciego. Mi abuela siempre cuenta las tragedias de inmediato, y me contó lo del Kimba mientras comía los picarones que vino a hacer antes de ayer. La muerte del Kimba ya es un recuerdo, y es un recuerdo que vuelve negro a los otros recuerdos.
Murió también el hermano de Camila, dijo Cassia. Me afectó, no sé por qué. ¿Camila? mi ayudante, pero no sé quien. No sé quien pero ahora sé. Lo encontró en la pieza, ella supo, dijo. Dijo eso y el día estaba terriblemente nublado y helado. Abrimos la ventana y miramos. Habían unas flores que daban olor dulzón y Penélope dijo que era el olor del patio de su casa de niña.
Imagino que cuando la loca de patio era niña su papá era lo más choro de la tierra. Sigue siéndolo, hay cosas que no se desvirtúan y un padre para una niña con apertura es más que la suástica para un nazi. Hay cosas que no se olvidan y otras que no se recuerdan, no guarda nada de sabio saberlo, decirlo. No se saca nada tampoco con intentar hacer otras cosas, como hilvanar pensamientos tristes y mezclarlos con los felices para ver qué resulta. No se vale experimentar. No se vale leer historias sobre separaciones de grupos. No se vale mezclar el candombé con el rondo; pero Meriño puede. Las críticas dicen que lo que consiguió ralla incluso el jazz. Meriño tiene antecedentes jazzísticos pero a mí Rondombe no me suena a jazz. Rondombe me suena a la muerte del Kimba y a picarones de hace dos días. Un recuerdo tan antiguo como el de la niebla.
Unas lucecitas se agitan afuera de mi ventana y otras no. Pienso que todo es un manotear inverosímil saturado de la máxima pena. Y por alguna extraña razón me emociono.
Me emociono menos que ayer cuando el día se puso amarillo de repente. Me emociono menos que si hubiera un terremoto gigante. Me emociono menos de pensar que una historia cascádica pueda darse alguna vez. Y no sé ah. Quizás, con el tiempo, me vaya emocionando cada vez menos y el farolcito y la mierdita linda ya no me atraigan. Quizás después todo sea bajar y bajar por el desfiladero helado de la razón envilecida, fumada, decomisada.
Quizás después o quizás antes, una misma cuestión para un mismo asunto. Un recuerdo o una idea del futuro (sueño, le dicen) se follan entre sí por parecidos. El recuerdo le eyacula en la cara al sueño. El sueño lo disfruta y pide más. Luego, el sueño es la niña de video pornográfico del recuerdo. El sueño se relame de las ganas. El recuerdo, aburrido, se va de putas.
"Un momento glorioso" te dije y sonreiste. Se detuvo en un paradero la micro. Siguió andando la micro. Como si fuera un cementerio la micro. Bonita la micro. Parece vagina la micro.
Un sedentario la micro. La micro está lloviendo ponte un paraguas se rompe. Un día en la noche encontramos un paraguas roto negro en la calle tirado. Era tarde, había mucho viento. Tú lo recogiste. Sí, lo recogiste. "¿Y esa weá?" dijo el otro. Bah, déjale, ya sabrá que hacer, le dije. Y guardaste el paraguas donde guardan a los muertos en las películas estadounidenses. Partimos y hasta el auto se balanceaba con el viento. El viento de los muertos de las películas, pensé.
Cuando pasan muchas leseras la vida se vuelve densa, como perro mojado. Como el mismo niño de los perros. Cuando pasan muchas cosas la misma vida deja de ser vida y se convierte en cuento o cómic narrado en primera persona y agarra olor a cebolla de empanada.
A veces, cuando juego a ser carabinero, me da por disparar balas al aire. Cuando las balas caen yo ya estoy muy lejos. Un día vi un carromato hermoso tirado por una mula en Salazar.
¿Empanada? No, nada que ver.
Lo que yo estaba diciendo es que me metí a unos fotologes que me dejaron pensando cosas que no entendí. Y me enredaba solo intentando explicarlo o poniendo el REC a los pensamientos con el psicoanalítico fin de comprender algo de ahí, como cotejo o impresión mohosa.
Como intención mohosa. Una muralla roja el pandereta por y ese tipo que fuma fuma marihuana te digo que es una pipa de lata el humo asciende lentamente y me miraste cuando entré pero yo no a ti porque me habían silbado.
LA CERTERA VIDA PLENA:
Ayer el amarillo masturbó la felicidad. No, se la cogió de una y le dio un polvo excelente. El cielo se puso todo anquilosado y nadie podría negar que fue la primera y última vez que sucedió, como alineación cósmica especial. Porque asuntos como esos. No, no hablaré de eso, es muy personal para ti, copuchento de mierda.
Te hablaré de economía o política. Del informe Valech o de la contaminación atmosférica. Pero no me pondré gruñón, no ahora, al menos. No me viene cuando se me echan a perder los audífonos y los cargadores de pila y pucha debería haberme acercado a la Milillevadoir hoy para pedirle el cuaderno de los Alacalufos, el azul, el segundo, donde escribí cosas para la cabrita del espiral a su lado y yo al mío, la Barrueto.
EL JARDÍN Y LOS NIÑITOS:
Cola de caballo le dicen al pelo largo tomado. Fustración es más que ángulo. Lecho es más que cama. Quiero es más que deseo. Deseo es Teseo el Minotauro. El Minotauro no es más que un dinosaurio con pelo. El pelo es la base de la familia chilena. Las chilenas son ricas, dicen. Rica es la esposa de Pinochet. Pinochet creó la CNI porque la DINA se había propasado. Propasarse con las niñas no está bien. Bien es una cuestión relativa. Relatividad es la visión que después de Einstein destruyó los viejos paradigmas. Destruir es feo cuando algo es bonito. Algo bonito puede ser feo. No todo lo feo es oro. Es casi el fin del mundo todo el tiempo. Mundo del cine, significa en español movieland. No, patria del cine. Tierra del cine. Entre dos Tierras es un gran hit pero no se compara a Miluna Flotis. Flotis viene de Flauta. Flauta viene de río. Río viene de sauce. Sauce viene de amor amarillo. Amarillo viene de azul. Azul viene de azul claro. Claro viene de oscuro. El ying viene del yang. Como Wong viene de Kar-Wai. Wasabi dijo el hombre de plan zeta, el de los ojos chinitos. Las chinitas son unos insectos bien monos.
Los monos son inteligentes. Lucio Rehbein es inteligente. Pedro Poblete quiere ser inteligente y dice colofón. Pedro se enoja cuando le dicen cosas así. Pedro significa piedra, le dijo Jesús. El gallo cantó tres veces y Pedro lloró. Lloró también María Magdalena frente a la cruz. La cruz volteada en 45º da una X. Una X con complejo de jeroglífico da una suástica. Hitler hizo que todo un país amara una X con complejo. El país fue destruido por el resto del mundo que no consentía que una suástica fuera tan importante. Una suástica no, un trapido (bandera) sí. Sí es un monosílabo que la mayoría de las veces se tilda y las personas lo ignoran. Ignorar es no tomar en cuenta.
LO QUE LOS JUGUETES QUIEREN DECIR:
Se cuenta que el lobo de plástico que tenía cuando niño era satánico. Como los casettes de la Xuxa.
SOBRE LA VERDAD Y LA TRISEXUALIDAD:
Algunos personeros de gobierno, indignados ante la propuesta reaccionaria de Chrétien de Troyes, han decidido bajarse del mando y dejar que los marinos y los trisexuales tomen el control del país. El general en jefe del ejército, perturbado, dice que nunca antes en Chile los marinos y los trisexuales habían estado al mando, que no tienen experiencia, que no saben. Esteban Ruiz de Conaetiglichea, vocero, dice que le da lo mismo lo que piense el señor general en jefe del ejército y que la decisión ya está tomada.
Escándalo provoca la convocatoria. La ONU manda a los cascos azules a Temuco, centro neurálgico de la revolución de los perros sabios y los choferes que tocan a Wagner en sus micros (y los cielos amarillos que desconocen los copuchentos de mierda). Desaparecen 4 perros vagos, 2 hojas del parque estadio, 1 lata de fanta vacía, 7 mujeres, 4 hombres y 432 trisexuales. La prensa internacional cuestiona el hecho y se llama a Chile: "un país sin voz ni voto". Enunciados menos formalistas llaman a la nación: "la botita de las trenzas sueltas" o más atrevido "donde las locas se arrancan".
Los chilenos conservadores prefieren suicidarse.
Dos trisexuales mueren apedreados en Linares.
Una banda de neonazis se enfrenta metralleta en mano contra facciones del neo MIR. El frente patriótico Manuel Rodríguez decide esperar.
TECNOLOGÍA - LO QUE USTED QUIERE SABER:
Revistas insurgentes han publicado a la fecha innumerables facsímiles para la PSU (Para Sueños Utópicos) en quincenas mensuales con tapa dura y autografiados por Roger Waters en persona quien se refirió a Chile como: "el antro donde el trisexualismo y los marinos han encontrado su espacio". El presidente, el marino trisexualo, cadete Silvio O'Higgins, prefirió no comentar la frase y sí referirse a la crisis de petróleo que se tiene con Serbia.
La batalla de los 100 acres fue virulenta. Una anciana, armada hasta los dientes, falleció batallando contra facciones del neo MIR que intentaban refugiarse en su casa de los cascos azules. Miristas antiguos condenan los hechos. Los hermanos Coulon, también.
EPÍLOGO:
Es cierto que de todo, nunca nada, está bien claro. Más bien es específico uno en creer que las cuestiones que le toca vivir o pensar no son más que una tetera hirviendo. Una tetera con agua lista para el tecito y que al rato no servirá. Y si lo crees así, si lo sientes así, si te sientes una tetera usada por el momento, cogida con un guantecito de cocina con finas terminaciones y bordados, te digo, únete a la izquierda-cristiana, no te decepcionará. Juventuds suástico-comunistas, la máxima experiencia de pluralidad. Porque siempre todo, es neblinesco y gris, y pareciera que la lluvia no fuera lluvia sino petróleo. Líquido viscoso, pegajoso, empalagoso. Palabras emputecitdas, toscas, torvas, jorobantes.
Líquido negro, gotereante, grueso. Líquido cuervo. Líquido claveteado a un escudo de cobre. A una vida de cartón. A un futuro sin tablas. A un sueño de mediagua de plumavit. A un recuerdo follador profesional. A una memoria con verga de medio metro. A una tristeza recapacitada, idiota, atolondrada, funesta, bonita, clara, absurda, estúpida, eterna, total, completamente estúpida, fuera de foco, soldados las balas que mataron la felicidad, a una alfombra de clavos, a un auto sin llantas, a una mujer que no te mira, a un hombre que no te golpea, a un pájaro que te caga, a una cagada que te pajarea, a un pajarero que te enfermiza, a una enfermedad que te arregla el corazón de trufa y pasa de empanada de horno recocida y con la masa muy gruesa y el pino con carne molida de la peor calidad, probablemente residuos de vaca vieja, y además, reseca.
Reseca la ambrosía. Reseco el mote con huesillo. Reseca el alma estrujada a más no poder. Resecos los libros. Reseco Kafka de tanta expocisión. Resecas las expocisiones, las uvas secas, las iras flojas, resecos los jugos en polvo, el agua misma reseca, las montañas resecas, gay y resecas, los pasos andinos, las llamas, los onas resecos, la vida entera, los escondites, las vueltas, las llegadas y las corneadas, las usanzas y las culeadas, reseco, todo reseco.
Resecas las ruinas donde el polvo crece, donde el pasto sale café, donde la tierra es el aire mismo que respiras y los panderos son de un ánimo desesperanzador, abismante. Reseco el barranco, reseca la memoria, como clítoris reseco y viejo, como acidez estomacal, como lujuria y como llenadura como los cristales, todo reseco, todo muerto, todo sobrecogido, todo llorón. Todo llorón, como sauces llorones. Todo triste, grandiosamente triste, exultante el nudo ingente en la garganta seca. Seca. Saliva reseca. Semen reseco pegado en la ropa. Reseco lo seco. Reseca el azúcar, los completos, los boletos de micro. Reseca tu languidez, amiga, tu voz de radio también reseca. La luz y el sol y la mierda reseca y seca.
Y todo lo que gira, que me va mareando, también es seco, pero tan seco que pasa por lento. Tan lento y seco que pasa por agrio y después por negro. Por ubre y luego por vejación. Tan vejado que pasa por pasar, de un lado a otro, como el péndulo de un reloj de pared dando la hora chilena en Nepal. |