Para Rosa...



Sabes que a veces pienso en partir de este mundo para poder regresar en forma de un desierto enorme, y así servirte de lienzo para que puedas dibujar con tus manos sobre mi suelo árido y triste una de esas pinturas que tanto me gustan, quiero que plasmes un bosque azul muy espeso donde habiten flores gigantes y así poder sentir su pulso.

Ahí soltaremos todos los demonios que habitan en nuestro interior y esas voces que siempre me gritaron las transformaras con tus pinceles en ecos eternos que reboten para siempre sobre los troncos ásperos de los sauces hipnotizando con tus dedos ese deseo animal.

Expulsare a esos seres que se petrificaron en mis sueños hace tiempo y junto con ninfas debajo de un lago esmeralda harán conjuros para invocar y procrear un arco iris de metal.
En medio de la luz tenue de dos lunas pardas y ausentes pondrás mi soledad para que no se sienta sola y no tenga más miedos ni más fríos…

Quiero que los atardeceres sean rojos y violetas que los mezcles con el silencio y que la calma interna que ahí habite sea infinita como la que hoy necesito para seguir aquí…
Quiero que las nubes vuelen bajo, que mojen con esa lluvia gris toda la melancolía que un dia abril dejo…

En un claro harás un altar circular de piedras donde podrás sentarte a llorar, y yo estaré ahí para abrazarte y sentir tu ser, sentirte completa, sentirte etérea y sentir con mis instintos como te evaporas en la profundidad de la oscuridad.
Tus lagrimas purificaran mi alma libre y tus pasos que quiebran las hojas secas de otoño serán la melodía que llene el vacío, serás mi sombra azul que habite entre esos parajes mágicos, trazaras las veredas donde deambularan mis fantasmas y te despertare en las mañanas con ese suave aroma que desprenderá la fotosíntesis de luz.


En un rincón del cuadro entierra todas esas batallas que un día perdí y oculta mi fascinación cuando del otro lado empiece a mirar la materia y descubrir como miran tus ojos este mundo que hoy te vengo a entregar…