Para todos ustedes amigos y hermanas, ingenieros y artífices putas de la amistad por hora.

¿Que se yo sobre lo que piensan pero no dicen las personas?, ¿qué se yo de adivinar movimientos y actitudes?, ¿que se yo de revancha?

Yo de lo único que se es de soledad, la soledad que me consume, pero que pido a gritos, la soledad que les dice con furia: ¡déjenme en paz!, ¡déjenme vivir!, ¡déjenme empezar de nuevo!, por favor, déjenme en paz…


A la mierda con quien me hizo favores que tendré que pagar toda la vida.
A la mierda con el Dios de las oblaciones y súplicas.
A la mierda con quien me compro el alma a pulso de culpa.
A la mierda con esa culpa.
A la mierda con las cosas que no entiendo.
A la mierda los que arrendaron mi oído por dinero.
A la mierda quienes dijeron ser mis amigos.

Pueden desaparecer todos ustedes, quienes nunca estuvieron cuando llamé, quienes nunca tuvieron tiempo, quienes nunca tuvieron deseos de hablarme más que por la puta conciencia que les decía lo que debían o lo que había que hacer.

Que os den por culo a todos ustedes, a las peleas de todos los días, a las críticas de los extraños, a los platos rotos, a las quemaduras, a los golpes, a las lágrimas y a la culpa ajena de esos quienes se autodenominaron mis amigos.

Me vale madre su opinión y su vida, porque cuando los veo, también me vale la mía.

Ya no puedo manejarme, ya no puedo soportarlo, nadie entiende, nadie sabe, pero hablan desde mis zapatos como si de mi se tratara.

No quiero estar con esta maldita certidumbre, no quiero la incerteza, no quiero sentir, no quiero pensar, no quiero morir mas tampoco vivir.

¡Déjenme en paz!

Quizás algún día se os devuelva y desapareceré, me esfumarme y moriré, tomaré una maldita pistola, la pondré en mi boca y jalare el gatillo…

Solo deseo, con toda la rabia y el odio que tengo, ensuciar con mis sesos su maldita ropa de gente buena…