ENCUENTRO
Cae la tarde, el bus se detiene en medio de la polvareda; la puerta se abre y por la escalera desciende una mujer: cuello lozano, cabello rizado, ojos penetrantes y lagrimeantes. Christian la esperaba junto a la berma, tomó su mano y le ayudó a bajar. Vestía ella un enfundado jeans negro, polera del mismo color, en su brazo un abrigo negro.
Christian la miraba algo extrañado, ella traía mirada diferente, su comportamiento era diferente, su peinado, su ropa, su maquillaje, le hacía notar un cambio repentino en su actitud. Él la recordaba con vestidos lilas, con flores en el pelo, con gratuitas sonrisas, con alegrías y encantos
El bus partió y una nube de polvo los envolvió, fue una nebulosa q’ cortó la intención del habla, q’ los unió y q’ los distanció a la vez. Christian tras la polvareda pudo distinguir q’ la mujer lloraba, una negra lágrima caía por su mejilla llevándole un gusto salado a los labios.
Cuando por fin se disipó la nube, cuando el motor estruendoso del bus se perdió en la lejanía pudo por fin él abrir la boca para soltar algunas palabras:
- ¿Porqué lloras? – preguntó el hombre.
- Christian – contestó ella – nuestra madre a muerto.
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