Entre verdades y mentiras, aleja de mi el dolor,
que se interpone, entre un beso y un brazo,
para decirte adiós y buenas noches.
Sedúceme,
como seduce el tango,
a las piernas de la bailarina,
acaríciame el cuello,
mientras tu aroma duerme en mis lamentos,
sedúceme,
entre el paralisis de las mentiras obligatorias,
de la serenidad y la lujuria compartida,
con la fuerza del viril, que se desintegra en tu voz,
mientras tus ojos, no salen de mis pupilas,
platica con mi silencio
e invéntame un poema,
donde juntos coloquemos,
una noche de tormenta,
que termine en un trillado,
en un escondido,
en un perfecto,
en un silencioso,
en un, en un....
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