Nunca antes quise a una persona,
puedes apostarlo,
la humedad,
la sequedad de las palabras,
habladas o escritas me quema en la boca,
se hacen notorias y apestan,
es que querer a una persona es una frase tan gastada…
casi tan gastada como “te amo”,
me eriza la piel, me hace odiar el vocabulario, me provoca maldecir,
y me deja un desagradable sabor agrio.
Pues si ,
nunca había querido a una persona,
y sinceramente es horrible,
mi cabeza se separa de mi cuerpo y recorre sola el pavimento,
como pensando que vuela,
mientras se clava las piedras en el cuello,
es una imagen agradable para quitarse el sabor a gastado de las frases románticas.
Adonde v a ir el mundo,
con todo este falso amor, con toda esta falsa amistad..
¿Cómo puedo aceptar a una persona en quien no puedo confiar,
tal como es, y hacerle mi amigo?,
¿Cómo hacer que entiendan la tremenda fragilidad de quien aun es humano?,
nos extinguimos cada día mas,
a veces un respiro de humanismo sale a flote entre la inmensidad,
como un rayo de sol entre la neblina cegadora,
que no tarda en apagarse o en convertirse en monotonía absurda,
en neblina.
Nunca antes quise a una persona,
y es difícil arrancarse de ello,
dejarla,
olvidar o perdonar su ausencia,
nunca antes debí dejarnos ir,
la separación,
por mas pequeña que sea,
carcome el sentimiento,
y explota en mil de ellos,
la inseguridad, los celos, el temor, la soledad,
y ese pequeño rayo de luz en la neblina que me dice que todo es normal,
pues bien,
no durara,
por fortuna, todo es efímero,
y así como llego pasara,
y seguirá un millón de veces mas,
convirtiendo a mi amor en una frase gastada,
que me eriza la piel y me deja un sabor agrio,
al final.
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