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El café estaba frío aunque es común pensar en otras cosas y causas llevando a un estado donde está el imaginario revoloteando haciendo el recuento de amores perdidos y la servilleta llena de líquido recién derramado por el tambaleo de la mesa; estaba pensando en… ella, meditando si podría alguna vez entrar a su vida.

Pensado cautivamente ante ningún tipo de escenario en particular, contemplaba un diario de hace tiempo, quizás por alguna fotografía o por la importancia del evento. Aislado y en momentos donde estaba sentado mientras la gente recorría el café sin entrar, observaba como algunas personas corrían resguardándose de la lluvia sin éxito aparente, unos con las sombrillas cubriendo el enfado ante tal inclemencia, otros despreocupados, caminando sin tomar el cuenta las gotas, se dejaban llevar por el disfrute.

La pregunta de cómo se siente aquella persona si estuviera en su lugar le rondaba a menudo, pero sólo alcanza a tomar una pluma, dibujando algunos garabatos y palabras malhechas dejando deshacer el papel. Aún así, podía contemplar el café, pero esta vez con una breve dedicatoria, aunque no por ello significativa a alguien que pudo haber sido. Él mientras tanto, descansa un poco y piensa ¿Qué va a ser de… ella? ¿Qué le rondará en la cabeza en este momento…? ¿Y si tomase el teléfono…? tantas preguntas, pero sin una respuesta satisfactoria y menos si provienen de uno mismo.

Mis actuaciones en su vida han sido en exceso breves como en los espectáculos de carpa. Distanciado, no podía dejar de atormentarse si había dicho lo correcto…, pero el motivo de estar así aun no sabia por que razón ¿seria suficiente que la persona con quien el quiere pasar su vida haya derrumbado sus sueño unos días antes? O tenia que ver con ese horrible sentimiento que tenia de haberlos de haberlos roto el mismo?, o tal vez porque se sentía solo, buscando lo que alguna vez no pudo desde hace mucho tiempo, encontrarse a si mismo. Algo tenía roto en su interior y para expresarlo un dibujo en la servilleta.

La lluvia dispersaba cualquier duda en el ambiente y la muchedumbre, pero mientras dibujaba se movía entre la añoranza, el resentimiento y un amor que parece que nunca abandonara su corazón ¿Que por que lo había negado el antes? Simplemente por un orgullo infantil que el todavía no comprendía, creía que así desaparecería, aunque se dio cuenta que ni por un momento quería dejar de sentirlo realmente, que el amor verdadero rompe toda lógica y ahí estaba el contemplando un café semi abandonado en un sábado sabiendo que los ojos de ella estaban grabados con fuego en su corazón, que el rostro de ella se había escrito en su alma y seguía siendo su primer pensamiento en el día y el ultimo en la noche.

Otro Express lo acompañaba y un cigarro en su mano no hacía más que recordarle lo amargo que es amar sin ser correspondido. Otro pensamiento cruzo su mente esta vez muy rápido para captarlo bien por que seguía pensando que había un futuro al cual no renunciaría tan fácilmente por que lo último que muere de un hombre son sus sueños y esperanzas.
Una mano se posaba en su hombro era Tania tal vez la única razón por la que seguía frecuentando ese café entonces ella hablo sacándolo de su trance:
-¿Qué haces?-
-Si te dijera que estoy atrapado en medio de una guerra ¿me creerías?-
-No se… contigo todo es posible-
La conversación siguió su curso con una persona con la mente en otro tiempo y la otra lamentándose que el café siguiera tan despoblado, hablaban de cosas triviales hasta que tocaron el tema de la política entonces una llama en el interior de el llamada polémica volvía arder, pasaron horas discutiendo sobre la inutilidad de votar y ella no pudo evitar echarle en cara que el todavía no podía hacerlo, para terminar una conversación bastante acalorada. Aunque algo encendidos los dos no hicieron más que dirigirse una sonrisa. Pelear entre ellos era algo que disfrutaban bastante.


Salio del café esta vez mas animado que cuando cruzara las puertas de ese inmueble pero en dirección contraria. Su celular sonaba. Era ese amigo que lo había sacado del abismo con anterioridad… Era Alejandro por un momento dudo en contestarle una llamada de el significaba la mayoría del tiempo dos cosas y casi nunca algo positivo para la salud aunque no por ese inconveniente aburrido. La llamada tenia el propósito de darle parte de un festín una oportunidad de volver a ser el depredador que era… El dilema estaba en aceptar la invitación o declinarla. Había transcurrido demasiado tiempo desde que la vida de un picaflor lo había dejado de satisfacer. Se había transformado de un amante bandido y esporádico a un romántico a la antigua buscando ya una persona con quien compartir su vida. Las mieles del amor habían atrofiado su astucia y picardía, reanimando a su conciencia. Su existencia no volvería a ser la misma. Pero aun así el ámbito de conquistador no le desagradaba del todo el sexo ocasional todavía le atraía. No llenaría ese vació que tenia pero al menos lo distraería. Su voz viajo por el teléfono aceptando la invitación de su anterior

Texto agregado el 19-07-2006, y leído por 100 visitantes. (0 votos)


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