Yo tengo una muñeca de ojos verde olivo, de piel blanco paloma, de pelo tostado al sol y de besos de alcoba. Mi muñeca tiene las mejillas rojo cereza, las manos pequeñas y el corazon encogido. Yo tengo una muñeca sin compañia, de alma negra como la oscuridad, de triste sonrisa en los labios y con ganas de llorar. Mil cartas podria escribirle, mil poemas recitarle al oido, pero esas lagrimas solo las seca el olvido.
Tengo una muñeca en el recuerdo que se diluye en conversaciones apagadas y llamadas sin retorno. Esa muñeca me juro que me quería, que quería ver el mar, que queria sentir las olas, y ahora estoy solo, y me escondo entre amapolas cada vez que suspiro para respirar.