Con toda la buena onda de construir y no destruir...



Ays, los hombres se creen que por tener un “pene” ya son superiores... Sin embargo el poco uso que le dan o en su defecto el fatídico ejercicio de él, lo llevan a mostrar la hilacha de todos sus deterioros. Creo que un muñeco inflable ya posee más alma que el conjunto de estos mutantes humanos. Son malhumorados; carentes de una mínima expresión de sentimiento; amarretes; ajenos; malos conocedores del sexo opuesto; mentirosos; infieles; aburridos; hiperactivos o desganados, no tienen término medio; obsesivos; tercos; masoquistas; omnipotentes... Un infierno, que por carecer de otro elemento que los simbolice o sustituya, nos pasamos la vida admirándolos: ¿De qué? es la crucial pregunta que me hago... Ahora se nota más la falta de su deseo, ese que tanto manifiestan por internet o telefónicamente; hablan y hablan de todo lo que harían, realidad que nunca llega a buen puerto. Ni que decir del sexo oral, para nosotras es una materia obligatoria que si no la aprobamos estamos fuera de sus perfectas vidas; ahora para ellos, el sólo cursarla les da, como decir; ¿”Asquito...?” creo que sería la palabra justa... Tener un orgasmo delante de ellos o emitir un esbozo de masturbación, ¡por Dios¡, sería un sacrilegio para sus novias o esposas vírgenes de cuerpo y alma... ¿Qué les pasa...?, se van a quedar sin el pan y sin la torta; o con esta última ya que el lesbianismo avanza ante su falta de capacidad amatoria. En concreto, no tienen ni una idea aproximada de lo que nos gusta; lo que hacen no es bien recibido; son precoces de mente y cuerpo; se basan en el desprestigio de la mujer para aumentar su poderío; la lengua sólo la usan para notificar de sus largas experiencias como amantes, lo único largo que poseen claro; pero eso sí, magnificando siempre su flácido miembro tembloroso como si fuera la cadena montañosa más grande del universo... Muchachos; lean; instrúyanse; hagan trabajos prácticos en casa; disminuyan la osadía de ser los mejores en todo, pero acrecienten el tamaño de su órgano sexual, que ya ni siquiera podemos ver la diferencia entre lo que es normal y lo que es erecto...


Un saludo a todos estos típicos machos del mundo...


Ana Cecilia. ©