Si la lluvia existiera correría el riesgo de llamarse lluvia

Si la lluvia existiera, daría su mano
Cada dedo, cada uña de repente
A lo lejos se encenderían en cada interruptor
No temería los cigarrillos pegados en la camisa
Volvería así de cada silencio enterrado en el pavimento
Que el agua eleva en ausencia de su madera
En su ausencia.

El mirar los truenos bajo los huesos
Haría encoger la frente donde luchan los cansancios
¡¡¡Más piedras para construir la niebla!!!
Que hagan más casas los asientos en la tarde.

Si viéramos bailarines muertos en el viento
O la repugnancia del sol
Hallaríamos su cáscara.
Huesos en campana envuelta, sellaría el polietileno que le sobra
Los trenes se dibujarían en la mirada.

Mucha lluvia por inventar:
En los anteojos
Los letrros Luminosos
Las mascotas
En los vestidos
En los frutos desnudos
En teclados azules de la piel.