...Después de visitar el país de las maravillas, Alicia se metió en un espejo para describir el mundo al revés. Si Alicia renaciera en nuestros días, no necesitaría atravesar espejos, basta con asomarse por la ventana...
Al caminar por las calles veo gente preocupada, gente que parece que no oye, no ve, no percibe. El ceño fruncido, la mirada dolida y con un gesto impaciente en las manos.
Nos levantamos, tomamos desayuno ¡apúrate! Estamos atrasados, dependiendo siempre de las 7:50 a.m., de las 8:00 a.m., del t i c - t a c y así siempre durante todas nuestras vidas caemos en manos del tiempo. Convirtiéndolas en un eterno c o r r e - c o r r e, comemos cuando es hora de comer y no cuando tenemos hambre, siempre al próximo minuto, teniendo miedo al tiempo sin relojes, a la noche sin pastillas de dormir, miedo a lo que fue y a lo que puede ser, miedo de morir pero sobretodo m i e d o d e v i v i r.
Nuestra sociedad moderna tiene tantos recursos para que no pensemos que a veces parece que toda ella esté montada y coordinada para que no lo hagamos.
Dístraete como quieras, compra lo que sea. Pensar es malo.
Eso es un gran riesgo para el mantenimiento de la actual sociedad tal como está configurada.
Pero debemos recordar que somos únicos e irrepetibles, personas autónomas de existencia espiritual, trascendentes en esencia, dueños de nuestra voluntad, capaces de elegir y de imprimir sentido a nuestras acciones. Sirviendo como la voz de la conciencia al mundo que está propenso a desamparar todo sentido de discernimiento en la ciega persecución de interés personal.
Rompiendo con la idea de que la vida es un proceso de perfección de cualidades, transformándola en la vivencia de miles de estados. Aceptarla como un continuo existencial, con sello propio. Apartando la visión del hombre como un ser condicionado a responder a un sinnúmero de impulsos m e c á n i c o s y sin sentido.
Es más importante el cómo t r a n s i t a r. No trataríamos de ser más inteligentes, sabios, amorosos o desarrollados, sino de aprender cómo desplazarse entre la inteligencia y la ignorancia, la sabiduría y la estrechez mental, entre la riqueza y la pobreza... Sería como un experimento de conciencia, elección y sentido.
Obtendríamos la sabiduría de saber como vivir la vida en toda su extensión, sin estar atado a una larga cadena de sucesivos deberes, a un camino predeterminado, con un final predeterminado.
Nos l i b e r a r í a m o s d e l m i e d o de "volver atrás", de perderlo todo, de ser "menos que ayer", de no evolucionar, de no crecer... Y también del miedo al futuro. La vida comenzaría a tener un sentido obvio, en sí misma, sin necesidad de ser declarado, estaría incorporado al individuo como un organismo vivo, por el simple hecho de estar vivo.
...Y así, si Alicia se asomará por la ventana, podría tener la tranquilidad de que el mundo sigue igual a como ella lo dejo...
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