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Inicio / Cuenteros Locales / jorgebrav88 / UNA ÚLTIMA CARTA DEL SR. GUTIERREZ (Capítulo II)

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Armando Neruda era uno de esos fríos y poco emotivos detectives, como salido de la película de “Casa Blanca”. En el momento en que estaba sobre la pista de algún criminal, o resolviendo acertijos de gran complejidad, su cara no demostraba gran alegría, pero en realidad disfrutaba mucho con el caso. Quizás sólo quería guardar las apariencias para no dar una imagen poco profesional.
Cerró el teléfono celular por el que le había estado llamando su compañero Eduardo Reyes hace unos instantes, cogió su equipaje de la banda transportadora y salió del aeropuerto. Al salir un taxista de apariencia rechoncha lo aguardaba con la puerta de un taxi abierta.
-¿Qué más Pedro?-pregunta insensiblemente Armando-¿Qué es de tu vida?- vuelve preguntar armando sin siquiera mirarlo a los ojos. Pedro por su parte estaba acostumbrado a este tipo de tratos. Había trabajado con Armando años, siempre lo recogía en el aeropuerto o estaba a su disposición cuando el lo necesitara; se podría decir que era como su chofer personal. Sabía que Armando era un hombre de pocas palabras, su apariencia y sus expresiones apoyaban esta idea.
-Bueno, ya sabes cosas por aquí, cosas por allá…-respondió Pedro con un tono que expresaba poca importancia-pero en general ya sabes lo que digo “el día en que mi vida no ocurra nada, será porque habré muerto”…pero no caigamos en cosas irrelevantes, a donde quiere el señor que lo lleve-ya estaban ambos en vehiculo, y el equipaje en el maletero.
-Directo al Café Turán, por favor.
-A la orden-encendió el Chevrolete Aveo que conducía y arrancó.
Minutos después se encontraban circulando por la avenida 5 de Mayo de Buenos Aires, muy cerca del Congreso y del tan renombrado Café Turán. Al llegar Armando le paga a Pedro, lo que debía más una considerable propina. Al bajarse del Aveo, Armando le dice a Pedro
-Por favor deja mi equipaje en el departamento- y extiende la mano para entregarle las llaves de su departamento.
-De acuerdo…de paso, si sales esta noche, tomate unos tragos en mi nombre ¿De acuerdo?
-Con mucho gusto amigo mío-dice Armando.
Luego se despide y se da vuelta para caminar en dirección al Café. Entra al lujoso café, su interior derrocha lujo por donde lo veas, las tenues luces, la agradable música y la amable atención mostraba el deseo de ser bienvenido. Armando busca por encima de las personas para ver si encontraba a su compañero, hasta que lo consigue sentado en una mesa que le daba la espalda al gran salón dedicado a las grandes figuras intelectuales que había visitado el café ya hacía tiempo. Se dirige hacia la mesa y se sienta.
-¿Qué hay de nuevo Armando?, tiempo sin vernos, ¿Cómo te fue en tu viaje por Europa?...¿Qué te dijeron los detectives de la confe…
Súbitamente es interrumpido por Armando-Eduardo, sabes muy bien que no es mi estilo estar con rodeos, para qué me llamaste.
Eduardo se quedó abrumado, pero sabía claramente cual era el carácter de Armando, así que decide ir directamente al grano. Saca de su portafolio un informe que hablaba sobre un curioso caso que ocurrió en las Bahamas y que involucraba al hombre con más dinero del archipiélago. Armando recoge el grupo de hojas para verlas, mientras Eduardo le explicaba emocionado.
-Este hombre era el poseedor de una gran fortuna-explicaba Eduardo-envidiada por todos en la isla…lo encontramos en el piso de la sala principal de su mansión, murió estrangulado. Era soltero, así que podemos descartar la posibilidad de un crimen pasional, los que nos deja como móvil del crimen la herencia de su gran fortuna…
Armando estaba leyendo las hojas sin mayor sorpresa y escuchando lo que decía Eduardo, cuando levanta la vista para ver a Eduardo.
-Pero según este informe, se supone que es un hombre que no tiene descendencia alguna ni hijos, ni hermanos, parientes cercanos, ni nada.
-Cierto, pero curiosamente y si lees con detenimiento un poco más abajo, verás que aparee la información de una supuesta ahijada del Sr. Gutiérrez, Luisa Estefanía Narrada Gutiérrez, una estrafalaria mujer caribeña, no se conoce de posibles contactos con nuestra victima, pero ella afirma que sí existe este parentesco, no estamos seguros de cómo averiguar bien esta información, no hemos podido tener ni siquiera contactos con los familiares cercanos de esta mujer; de todas formas, no importa al final.
-Explícate bien Eduardo, ella podría ser una posible aspirante a heredera ¿no?
-En condiciones normales sí, pero el Sr. Gutiérrez estaba preparado para posibles estafadores como nuestra amiga Luisa.
-Te escucho-dio apaciblemente Armando
-Bueno nuestro amigo, el Sr. Gutiérrez, diseñó un sistema para evitar que personas de mala calaña obtuviera su fortuna, una especie de juego-Armando escuchaba atentamente, y Eduardo se percató de esto, así que prosiguió emocionado-según el abogado del Sr. Gutiérrez, su última voluntad era que se realizara una especie de casería. El Sr. Gutiérrez era amante de los juegos y las adivinanzas, así que ocultó una serie de pistas en toda la casa que al final conduciría a una carta, que contenía un poder para que el portador pudiera usar su fortuna a su antojo después de su muerte. Claro todo esto en vista de que no tenía ni la más mínima idea de a quién le dejaría su fortuna. Así que si alguien quiere su dinero, ha de ser lo suficientemente astuto como para resolver sus intrincados acertijos.
-Así que la persona que lo asesinó iba principalmente en busca de su dinero.
-¡Exacto!, así que sólo debemos estar pendientes de las personas que participarán en el “juego del millón de dólares”
-Y ya tienes una lista con los posibles participantes en el juego.
-La última voluntad del Sr. Gutiérrez fue que se realizara una semana después de su desaparición física, así que aún tenemos que esperar. Por ahora podemos anotar como claves al abogado del Sr. Gutiérrez, ya que como la competencia es libre, creo que tiene pensado participar; a su “aijada” y a su mayordomo Makub, que no estaba la noche del asesinato, porque estaba atendiendo a una hermana enferma. No sé que opinas, ¿te gustaría participar en el caso?
-No lo sé-dice Armando, tirando las hojas del informe en la mesa con desaprobación-me parece que es algo sin emoción, seguir las pistas de un caso en un juego inventado por algún chiflado, me desacreditaría como el detective que soy. Necesito mantener una buena reputación.
-Sí, pero recuerda que a nuestra agencia no le ha ido bien en estos últimos días, hemos tenido poco movimiento de casos, y si sigo esperando por un buen caso según tu criterio, moriré de hambre y quedaré en la calle. La policía de la Bahamas prometió unos jugosos honorarios…!Vamos, sabes que lo necesitamos Armando!
Armando se quedó con cara pensativa unos instantes, y luego miró a Eduardo diciendo.
-De acuerdo, creo que no me caería mal algo de dinero-dijo Armando desinteresadamente, y Eduardo soltó una ricita ahogada, ya que sabía que Armando estaba en iguales o peores situaciones que las de él-debo encargarme de todos los arreglos para el viaje, quizás dentro de unos pares de día podamos salir.
-No te preocupes por eso, ya lo arreglé todo, sabía que aceptarías así que me arriesgue, y preparé todo para el viaje. Estaremos volando rumbo a las Bahamas pasado mañana.
-Me parece bien, eres muy eficaz ¿lo sabías?-dice Armando-Entonces que de comienzo la función.
-Estoy impaciente-dice Eduardo emocionado.

Texto agregado el 15-07-2006, y leído por 116 visitantes. (0 votos)


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