La deseo. Y la quiero. La deseo como solo se puede desear la vida eterna. ¿Por qué a ella? ¿Qué la hace especial? Apenas hemos cruzado unas fugaces palabras. Nuestras miradas han colisionado en escasas ocasiones. Hay otras, pero solo ella me enciende de este modo, solo ella me esclaviza el pensamiento de esta forma que jamás había sentido (o sufrido). El verde de sus ojos… un verde indefinible…si te fijas bien, en el infierno, en las paredes del infierno, el rojo provoca unos destellos verdosos en la roca, un verde que no se encuentra en ningún otro lugar, excepto en sus ojos.
¿Por qué son infernales?... porque
me atrapan
me torturan
me dominan
me poseen
me fascinan
me corrompen
me esclavizan
me crean
me apartan
me atraen
me destruyen
me hacen suyos, de un modo que extermina mi voluntad, marioneta de una belleza antinatural y ajena, no apta para seres como yo, difusos, ambiguos, entregados.
Yo era feliz, una persona completamente normal. Ahora soy esclavo, soy deshecho, soy tangible, soy testigo de mi hundimiento, incapaz de frenarlo, atraído por la fuerza gravitatoria infinita de un verde indefinible.
Estoy enamorado.
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