La palabra 2:
Las palabras se las lleva el viento
Que las personas utilizan las palabras para decir un montón de nada ya es un hecho, pero luego de seguir observando, eh advertido, que se sigue corrompiendo a la palabra, y utilizando en el sentido mas obsoleto eh inherente.
Se habla, se dice, se comenta, se opina una forma de vida, y parto de aquí porque en esta segunda parte a lo que se le falta, además de la palabra, es a la fidelidad de ideales, pensamientos o creencias ideológicas. Pues se expresan grandes pensamientos de vida, grandes ideologías de cómo llevar a cabo tal o cual actitud, que es lo importante y lo que no, pues son tan solo palabras vacías para la mayoría, simples pasajeras que van de la cabeza a la garganta y mueren al ser escupidas por la boca, y mueren junto a todo el significado que llevan consigo. Uno, no puede dar ideales de vida, conceptos (de los cuales estoy completamente sorprendido de su lucidez) para que sean tomados por otros, pues uno debe llevar a la práctica lo que opina de las cosas, debe ser uno quien las implemente y no simplemente comentarlas frente a un grupo de personas. Pues entonces daría a entender que son inventos para agradar, y caer bien… aparentar ser un moralista, ¡¡blasfemia!! Pura basura, otra vez utilizan palabras como grandes nubes de nada. Uno debe serle fiel a lo que plantea, a lo que cree, y emprenderlo con orgullo, porque no son los conceptos de otros, no son cuestiones de terceros a los que somos fieles sino a nosotros mismos, a nuestras ideas, y a nuestras resoluciones de vida.
El no ser fiel a los ideales es un crimen contra nosotros mismos, la fidelidad a mi palabra es lo que me diferencia de un hipócrita y un farsante. Porque el que dice y no hace es indudablemente un farsante, porque no se olvide lector, que uno es lo que hace no lo que dice, y si no se hace lo que se dice… las palabras se las lleva el viento.
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