Porque cada vez que vuelvo a esta casa,
tu imagen vuelve a mi mente,
estás más allá de mis sueños de niña,
estás más allá del reflejo del viento sobre las aguas,
lejos, distante,
donde ya no te puedo sentir ni tocar.

Me has dejado aquí,
sola,
con el tiempo detenido como si el Reloj de Arena se hubiese roto,
pero sus granos aún se derraman sobre las rocas...

Quisiera que las olas me llevasen,
que me tumben
y me permitan ver la oscuridad del océano,
donde hasta encontrarme sin tu luz
marchitaré.