En un pueblo pequeño de Michoacán, México, vivía Alejandra, una niña de o años que compartía su hogar con sus cuatro hermanos.
Su padre, Manuel era pescador, y ella se sentía feliz por tener un padre tan bueno que siempre la besaba y la abrazaba, además todas las noches les contaba hermosos cuentos.
La niña siempre solía irlo a recibir por las mañanas a la dorada playa, mientras se entretenía jugando.
Su padre siempre llegaba con regalos, aunque fueran pequeños.
La niña adoraba a todo lo que le rodeaba, sus vecinos, sus papás, sus hermanos, sin embargo, algunos se burlaban de ellos, por ser pobre, pero a Alejandra eso no le importaba.
Cierto día al estar junto al mar, vió a un pequeñín de cabellos rubios y rizados que se acercó mucho alas olas, las cuales lo arrastraron ( tenía señas de agujeros en sus manos).
Ella lo rescató y lo cobijó con sus manos. el niño le agradeció y le dijo sé que vas a ser la mujer más dichosa del universo porque tienes el don de ayudar sin esperar nada a cambio.
Hoy Alejandra es una bella madre, felizmente casada, rodeada de tres hermosos hijos y ayudando a la linda gente del Paradisiaco Pueblito llamado Playa azul, Michoacàn en la Repùblica mexicana.
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