Casi un mes hace que entró el verano y con él las temperaturas altas, los chapuzones en la piscina, los ríos, embalses o los más afortunados en las aguas de los mares que nos rodean.
Es periodo de vacaciones y con ello parece que el mundo se ha parado, pero nada más lejos de la realidad. No sé, si será el relajo que todo lo llena, o será que hartos del duro invierno y del trabajo, nos abandonamos a la “dolce vita” y sólo deseamos que nos lleguen noticias refrescantes, sin que nos hagan pensar demasiado. Pero en estos días vivimos momentos, que quizás no alcancemos a comprender la importancia de los mismos para nuestro futuro.
Me voy a detener en dos.
El primero a nivel nacional, son las conversaciones anunciadas por parte de nuestro Gobierno con ETA. Y el segundo de carácter internacional, que no por viejo, deja de tener relevancia en la escena mundial, como es el conflicto palestino-israelí.
Sobre el primero, creo que las ganas de acabar con esa lacra que es el terrorismo, algunos dan por bueno ya el resultado sin haber ni siquiera empezado las conversaciones. Todos tenemos la esperanza que de una vez por todas se termine las acciones terroristas de eso que se ha denominado, a mi entender erróneamente “izquierda abertzale”, pues existen personas que pertenecen a esa ideología que no aprueban el terrorismo como medio para conseguir las pretensiones políticas que promulgan.
Pero creo que debemos tener claro que sólo aceptando las reglas democráticas y del estado de derecho, el resultado podrá ser visto como un paso adelante en conseguir la paz. Por supuesto que también debemos respetar la memoria de aquellos que han perdido su vida en esta guerra tan injusta, y hacer entender que sin la generosidad de los familiares que han perdido a sus seres queridos no se conseguirá una paz duradera. Quizás por una vez la Historia debe ayudarnos a no repetir errores.
El segundo tema, entre otros muchos, es la guerra que en estos momentos se está desarrollando en la franja de Gaza entre Israel y Palestina.
No llego a comprender porqué ese silencio por parte de España y de la Unión Europea. ¿Será que el Tío Tom ha mandado mantenerse callados?. Como vamos a hacernos respetar si no nos hacemos oír ante conflictos armados como el palestino-israelí. Seguro que no pensamos igual que Estados Unidos y nuestros intereses no coinciden con los suyos, pero no nos conviene hablar por intereses económicos.
La globalización nos hace más conscientes de los problemas del mundo, pero no ha conseguido aún hacernos entender que todos somos parte de esos problemas. Solamente con enviar ayuda humanitaria no nos hacemos más respetables.
Es hora de humanizar a nuestra sociedad, de llevar a cabo una alianza de civilizaciones y no dejar a los Estados la solución de los problemas. Pues de seguir actuando así, conseguiremos una globalización del capital y alianzas políticas marcadas por intereses económicos que en nada nos ayuda a ser mejores personas.
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