Entre tus brazos.
Camino lentamente, por este pasillo que tiene tu nombre grabado en cada rincón.
Este pasillo que tantas veces recorrí rápidamente, para encontrarte.
Cuando ya faltan tan solo tres puertas para la tuya, me detengo.
Son demasiadas las imágenes que ahora golpean mi mente, tantos besos, tantas peleas.
Siento como mi corazón se acelera, y no puedo evitar este temblor de rodillas, y las sensación de sequedad en la boca.
Recuerdo tantos olores, tantas caminatas juntos por este lugar.
Y me aterro, al pensar que esta será la ultima.
Doy otro paso.
Y tras de un puerta escucho “te amare” de Silvio Rodríguez.
No se si será realmente esto lo que siento por ti, pero...me tienes aquí parada preguntándomelo.
Te necesito, ciertamente, pero..¿te amo?, seré capaz de dejar todo esto por ti, de tocar esa puerta y decir que si quiero estar contigo.
¿Y tu que harás?, me perdonarás, o me condenaras por siempre.
¿Me amaras?, tu decías que si, pero ¿aun lo harás?.
Siento que el sudor se posesiona de mi espalda, y la pera me tiembla.
Sigo mi camino, ya estoy frente a tu puerta.
Toco el timbre, y no sales.
Recuerdo tu horario de la universidad, es casi seguro que no estas, pero vuelvo a tocar, por que deseo que estés y que esto se acabe pronto.
Llevó una hora sentada en frente de tu puerta, donde tantas veces te besé. Ahora ya no hay nada.
Me giro, y estas tu.
Mi corazón se detiene, me aterro, casi te escucho decir que me vaya.
Sonrío.
Y te acercas, y me abrazas.
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