Recuerdo la mañana en la que apareciste,
Esa mañana mi vida cambio para siempre,
No solo jugaste conmigo,
También con mi vida,
Segundos, minutos, horas, días, semanas, meses,
Todo ese tiempo me consumiste,
Me desgastaste hasta el máximo,
Entre la fina división que existe entre la vida y la muerte,
me hospedé gracias a tu generosidad,
esperando quien sabe, una sentencia.
Ya no soy el mismo,
Solo la enésima parte de lo que fui,
No soy aquel que solía sonreír, reír y creer en algo mejor.
Me convertí en una persona rígida, fría, sin sentido.
Solo quisiera encontrar una respuesta de tu parte,
Pero eso ya no me conforma, jure que te iba a vencer y lo hice.
Solo quiero decirte adiós, si adiós, a ti, mi enfermedad.
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