Llegue a casa, faltaban 20 minutos para las 10 de la noche del ultima día del año. Nadie me abrió las puertas de la cochera (no es que lo hicieran por gusto alguna vez, siempre fue mi forma de decir, tocando el claxon, que lo hicieran) baje del auto y abrí las puertas verdes de metal e introduje el vehículo. El frió que se sentía en la calle era débil, nada parecido a lo que sentía en el norte, de donde venia. Al entrar a la casa note que la luz de afuera (donde deje el carro) no era que estaba apagada, estaba fundida. Adentro todo igual, no se por que me sorprendí al instante, sabia que siempre era así cuando llegaba a casa, ya sea del trabajo, de algún viaje o del club…todo igual ….vació. La pequeña sala, el tapete, la diferencia era que había mas iluminación, de seguro mi hijo al fin puso los demás focos que faltaban del candelabro. Que diferencia hacia eso?, no, era algo mas…no había árbol de navidad…no había gente…ni ella, ni mi pequeña hija ( me importo en realidad?)
-Ya veámonos!!!
-Voy!!!
El primero era mi hijo, la segunda mi hija, la mayor. El estaba en la cocina lavando los restos de la losa o algo así.
-Hola…
-Hola…
Creo que siempre dejo que ellos comiencen a hablar, y esta vez no fue la excepción.
- Que tal, como te fue?
- Bien.
No se si el lo hace por interés o por diplomacia, las preguntas obligadas ligadas a las respuestas ya conocidas. Ahora que lo pienso desde que entre sentí que algo pasaba, que esto seria diferente.
-Donde esta tu mama?
-En el la casa de campo
- Y tu hermana menor?
-También allá.
Estaba de espaldas, ya secándose las manos en la toalla, volteo y lo vi., creo que llevaba en cabello mas corto que la ultima vez que nos vimos, hace mas de una semana. Después cruzamos unas palabras mas, me entre de que se iría al campo junto con mi hija mayor, todos se irían a pasar el fin de año allá, a donde yo no iría. No lo haría por que se que no debo, y ni puedo. Las cosas ya están demasiado avanzadas, lo que esta pasando ahora es el producto de mi comportamiento, lo se?, o lo indago?
“Sabrá lo que pasa…” se estará pregunta mi hijo? “ …o a el no le importa.”
Ya se van, les doy el carro (como no hacerlo, ya que mas da) un abrazo frió de parte de ellos, mis hijos, los veo y no los siento.
Abro el refrigerador, parcialmente vació, busco algo de comida, un poco de queso. En la lacena un bolillo ya casi tan duro como la roca, pero ligero. Trato de hacer un emparedado, el sonido del auto me hace voltear para ver la luz del faro alejarse.
Todo queda en silencio, lo que se es que le di a mi hijo los regalos que les traje de donde fui. Me siento con mas frió, la poca luz de la cocina ( no porque le faltaran focos a la lustra, sino por tener un foco ahorrador) ilumina la tristeza que viene a invadir mi ser. Todo queda en silencio, la casa vacía, yo y mis pensamientos abandonados sin saber que hacer, a donde ir a pasar el fin…ya sea de año o de mi vida.
Se que esto es pasajero, el momento es intenso en el sentido, me duele. Quisiera hacer tanto, cambiarlo todo…es un sueño. Analizar me da ventaja sobre viseras, por ejemplo, se que lo que hoy es fuerte de sobrellevar, mañana será recuerdo. También se esto, me secara, el dolor agota la pasión, poco a poco ya nada me molestara, ni siquiera me acordare de lo que fue. La indirefencia vendara a suplir cualquier indicio de temor, dolor, tristeza.
Me levanto y busco los restos de alguna botella, algo que tenga el licor de olvido, lo único que puedo hacer ahora es lograr que el tiempo pase y con el mi sentir. Creo que me iré con mis hermanas y mi madre, celebrare el inicio de año en familia, la mía.
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