Cae la noche, cierro los ojos y caigo en un sueño tranquilo, sin sobresaltos, no sé cuanto tiempo llevo así, tan solo recuerdo que despierto ahogándome, mirando a mi alrededor, no tengo de donde afirmarme, me desespero, intento hablar, llamar a alguien que venga en mi auxilio, no puedo, no logro sacar ningún sonido, sigo intentándolo, siento como la vida se me va y no puedo luchar contra eso, son segundos, minutos, la verdad no sé cuanto es el tiempo que transcurre, para mi parecen horas. A mi memoria vienen los recuerdos de mi vida, en verdad, viene mi vida entera, esa vida que se me escapa sin previo aviso, intento toser, nada!...ya no doy más…aún no me explico como entra por mi garganta un hilo de aire que me hace retornar, toso, cierro mis ojos, mi garganta seca suelta una carcajada, aún no es mi hora, por eso río, por eso lloro. No es primera vez que me pasa algo así, mi vida se me está escapando y no hay mucho que pueda hacer, los medicamentos me cansan, me niego a tomarlos, me niego a prolongar mi agonía, solo quiero morir de una vez y no ir muriendo de a poco, mi miedo es transformarme en un estorbo para ella, mi hija, no puedo limitar su desarrollo al cuidado de una mujer enferma, solo quiero que termine de cortar sus alas y que vuele, vuele lejos y sea feliz, no puedo ser yo quien la limite, yo que siempre le he dicho que debe vivir la vida y disfrutar de ella, que no debe haber obstáculo que se lo impida…y yo…yo me estoy transformando en uno…
Cuando llega la noche tengo miedo de cerrar los ojos y dormir, me aterra pensar en que ésta será mi última noche, no porque tema a la muerte, no, sino porque la sensación que me lleva a ella no me agrada, que mejor sería cerrar los ojos y ya no abrirlos más y no tener que vivir esa experiencia que ya he relatado y que vivo constantemente, noche a noche.
Cuando llega la noche siento que mi vida se me escapa y ya nada quiero hacer para evitarlo...
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