Lágrimas espesas en tus mejillas trémulas
pequeña orquídea de ósculos opiáceos
de ojos melancólicos, de mente nauseabunda
habita en el núcleo de mi alma,
tu candor inmaculado y sublime
¡fogosa mía!, incineran mi vida,
como el incienso se funde
como los sauces fenecen
como las llagas se abren y supuran
llenándome de tu dulce ponzoña
aniquilándome de éxtasis
¡fogosa mía!, con tus labios adamascados
hazme caer en un precipicio de alquitrán
inyéctame tus besos para perecer de placer
y recuéstate a mi lado
Texto agregado el 10-07-2006, y leído por 276
visitantes. (10 votos)
Lectores Opinan
17-10-2006
Morir para vivir...leer para sentir los rostros de la necesidad y el olvido... aukisa
17-09-2006
uuy.. esta fuerte eso.. ojala tengas a tu fogosa! mis ***** blis
16-09-2006
me gusta tu estilo, manejas muy bien el vocabulario. ana ISA-SIENNA