Cielo

I

En las pinturas del Popol Vuh
estaba dicho
Todo era extensión de cielo
mar inmóvil
silencio en la oscuridad
el Creador y los Progenitores
bajo manto de plumas
azules de guacamaya
verdes de quetzal
Estaba dicho
Probemos a hacer unos seres obedientes
que nos den sustento
que guarden nuestro recuerdo
antes de la aparición del Sol
antes de la Estrella Anunciadora
Huracán Corazón del Cielo y de la Tierra
Así dijeron
De maíz fueron hechos
En el principio parecían Dioses
Huracán les acortó la vista
menguó su entendimiento
Mujeres cuidadosamente hechas
les allegaron en el sueño
Estaba dicho
Ahí esperan la llegada de la Aurora
Ahí vinieron a solicitar el fuego
Ahí se les exigieron corazones
Acaeció en Tulán donde se mostró
rojo disco de llamas
Estaba dicho
Aguardaron la Estrella de Jade
Tohil Avilix Hacavitz los Progenitores
Que se derrame la sangre
tened compasión de nosotros
ofreceos al sílex de los sacrificadores
Así dijeron
Ahí comenzó a librarse
la Batalla de los Escudos
Estaba dicho
en las pinturas del Popol Vuh
pero ya no pueden verse.


II

No fue por Adonai
ni la discordia de sus hijos
Cuando Abrahán y el Bendicho
sellaron la Alianza
con el cordero degollado
comenzó la batalla
de los Scuds.


III

En aquel desierto
plagado de arcanos
con sed de camelleros
sólo les quedaba
dirigirse al cielo
Dios el Único
reveló las respuestas
y las confió
por última vez
a la palabra
de sus paladines
Hay que ver cuánto
ha prosperado el arenal
en este tiempo.


IV


Camina hacia el momento original
carga purificadora en la cintura
caracteres sagrados en la frente
la vista fija en el Jardín
de verdor y fragancias reveladas

Creyente que recita
con sí mismo la plegaria
aspira a unir los dos extremos
del tiempo y se sumerge
en agua de arroyos anunciados

Este es su día
aquél que se le prometió
por ser expulsado
sin derecho de su casa

Señor Misericordioso
acaso humedecerán
mis labios sedientos
las huríes elegidas

A Dios pertenece
el fin de las cosas.


V

El Arcángel en su derrota
llora la malaventura
del mundo.


VI


Escamas relucientes
plumaje de Quetzal
Sumergido en la nada
percibió las púrulas del rostro
Por espejo de nieblas
se despeñó al abismo
de la autoconciencia
Cuando los Dioses derramaron
lágrimas de soles e impotencia
descendió al lugar del misterio
y burló a la muerte
Con su sangre fecundó
la pareja germinal
de los merecidos por la penitencia
Caminó los senderos del mundo
abriendo paso al movimiento
En Teotihuacán se volvió luz
Escamas relucientes
plumaje de Quetzal
En una playa sosegada
recogió un puñado de arena
y zarpó al encuentro
de todos los inicios
Es difícil afirmar
que conociese el amor
los viejos códices
en este punto
se tornan imprecisos
Escamas relucientes
plumaje de Quetzal
Algún rojo amanecer
lo verá devolver
su poquito de arena
y será el momento
del recomenzar.


VII

“Suyos son los más bellos
nombres y epítetos”

Yahvé Dios Alá
Único
Eterno
Creador de la tierra
Bienamado
Yahvé Sebaot
Benefactor
Omnipotente
Señor del cielo
Preexistente
Misericordioso
Omnisciente
Adorado
Señor de las naciones
Clemente
Omnipresente
Altísimo
Justo
Hacedor
Piadoso
Señor de la tierra
Remisorio
Verdadero
Ser Supremo
Inescrutable
Creador del cielo
Compasivo
Invencible
Roca eterna
Donador
Verbo
Poderoso
Auxiliador de los creyentes
Sabio
Inefable
Dios de Israel
Recompensador
Grandioso
Sabedor de lo oculto
Absolvente
Inmenso
Enterado
Excelso
Indulgente
Luz del mundo
Nuestro refugio
Victorioso
Sutil
Almena y escudo
Oyente
Magnánimo
Creador de todas las cosas
Bien informado
Adorable
Dueño de la misericordia
Legislador
Inmutable
Señor de los mundos
Rico
Bondadoso
Poseedor de la gloria
Vengador
Padre Eterno
Amonestador
Clarividente
Fuente de todo bien
Benigno
Rey del universo
Verdad
Sabedor de lo manifiesto
Alabado
Defensor
Generoso
Señor del noble trono
Salvador
Todopoderoso
Grande
Amigo de los piadosos
Redentor
Verídico
Señor del poderío
Perdonador
Vidente
Protector
Dueño del gran favor
Santísimo
Presente
Creyente
Innovador
Omnímodo
Formador
Glorioso
Espíritu Santo
Dadivoso
Soberbio
Principio y fin
Terrible



Hombre
Humano.


VIII


qué buscas
por los oquedales
no luna
mares
espuma
brillo de hojas
en las espesuras

qué trabajo
separar pedazos
apilarlos
intentar tantas
combinaciones
para astillar el verde
de tus aguas

qué peregrinar
tras Dioses
con templo
gramática
distancias
en noche
de vendavales

no luz
pequeña
primordial
de tocarse
andar
por los humores
de las gentes

no luz de plata.


IX


Hoy he visto a Prometeo
antorcha en mano
empeñado en fundir
las cadenas de los Dioses
y sonreír sin rencor
entre el Cosmos y la roca
A lo lejos un tenue resplandor.