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Inicio / Cuenteros Locales / mi_mundo_paralelo_y_yo / La Niña Teja

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Érase una vez una niñateja pequeñita y de aspecto frágil, se llamaba (o así la conocían) Niña Teja y posiblemente vivía en tu ciudad, en una buhardilla o incluso en la azotea de cualquier vetusto edificio. A decir verdad, la niñateja vivía con sus padres entre el 2º y el 5º piso, en cualquiera de ellos, pero se pasaba el día y la noche en los tejados de las casas con los gatos. Sus ojos variaban de color según la tonalidad del cielo no así su cabello, de un precioso naranja viejo por estar a la intemperie y que permanecía inmutable. Niña Teja observaba el mundo en silencio, desde las alturas. En silencio también resistía lo mismo cuarenta grados a mediodía como los nocturnos e intempestuosos chaparrones. Niña Teja no lloraba en presencia de nadie. Tampoco reía. Más en las alturas, aislada de los ojos y las burlas desataba sus emociones, torrentes de carcajada y llanto así como suspiros, tanto lo hacía que un día tras un enorme suspiro se volvió del revés, ¡imaginaos el susto de su madre cuando llegó a casa así!. Ese día tomaron la determinación de colocarle unos enormes tirantes fluorescentes que al mismo tiempo que la mantenían del derecho cuando suspiraba profundamente permitían localizarla con facilidad desde varios km. a la redonda cuando subía a la azotea de algún edificio. Tanto impactó en el vecindario su luminosidad que algunos aún hablan de la niña fluorescente.

Le encantaban las alturas; cada bolita de musgo tenía nombre para ella e inventaba una historia para cada extraño objeto que hallaba en cualquier techumbre: un tapón de botella de cava, un calcetín mohoso o una bolsa depositada por el viento.

Sus padres cansados ya de tener que subir a buscarla cada día y a cualquier hora se desentendieron de ese vicio de la carne de su carne y de los psicólogos a los que le habían llevado.

En el colegio, cuando llegaba la hora del recreo, Niña Teja subía por las escaleras de incendio del primer piso y hasta que sonaba el timbre para volver al aula no bajaba. Cuando pusieron una verja demasiado alta como para saltarla no lloró: en el patio había una casetita de esas tan chulas de aglomerado pintado a vivos colores que ella escaló para gargolizarse en el picudo tejado sin tejas. Huelga decir que Niña Teja no tenía más amigos que los gatos vagabundos y las superpuestas cerámicas que recubrían sus amadas alturas. Miento, una sola amiga aparte de estos tenía: la Niña Tilla, una pequeña a la que su madre llamó de esta manera porque los nueve meses de embarazo los pasó estupendamente, relajada y en calma como si cada día bebiera varias tilas; en el registro no dejaron inscribirla con Tila como 2º nombre argumentando que las –ll pasaban por un mal momento y había que apoyarlas dándoles uso y por ello la madre de la niñatilla, en consideración a las pobres –ll la llamó como la conocéis. Niña Tila, muy silenciosa y tranquila siempre sonreía a Niña Teja cuando se cruzaban y si bien las palabras no delataban su amistad, los gestos sí lo hacían.

La infancia, tan dulce a veces, era cruel con la niñateja. Los niños del cole, aunque sus ojos cambiantes les asustaban un poco le insultaban feroces merced a su afición funambulista. Poco a poco, debido a su silencio, todos, sus padres y los extraños fueron perdiendo el interés: pensaban que estaba irremediablemente loca.

Niña Teja en su elevado deambular gustaba de saltar de teja en teja y disfrutaba especialmente si eran de colores diferentes, sin embargo, sentía algún recelo con respecto a las tejas con motitas pues variaban su color dependiendo de la luz y pareciera que se burlaban de las tejas vecinas, no le gustaban, definitivamente no.

Una vecina del bloque donde la niñateja vivía, una mujer de esas con rodete en la cabeza y gafas en la punta de la nariz que odiaba las alcachofas enlatadas le dijo a la pequeña que hiciera el favor de dejar tan altas costumbres porque sus paseítos estaban haciendo inestables las tejas del bloque. La silenciosa niñateja asintió y fue cuando tomó una decisión: pisoteó con fuerza algunas de las tejas que estaban casi vencidas haciendo que éstas cayeran al suelo, tras el bloque en el que residía, allí entre las tejas colocó uno de sus vestidos de tal modo que sólo se viera el bajo. Transcurridos unos días en los que sus padres la buscaron y rebuscaron dándola por desaparecida, hallaron lo que supusieron era el cuerpo enterrado de la pequeña y siendo tan grande su dolor por la pérdida de su hija pequeña, entre -¡oh!- y -¡ah!- de lamento, pensaron no mover la montaña de tejas y construir allí mismo, sobre ellas una especie de mausoleo construído íntegramente con tejas por donde fueron pasando vecinos, compañeros de clase, profesores y comerciantes del barrio que conocían a nuestra gran niña.

La niñateja no daba crédito y cuando vio que su muerte había sido asimilada y todos volvían a su rutina se marchó; fue a pueblos vecinos. Allí trataba de localizar el punto más alto: una iglesia, el ayuntamiento, un bloque de pisos, un monumento…y visto, subía a él, anotaba en un papel cuántos pies había desde la base hasta la cúspide y profería una sonora carcajada que mucha gente ha asegurado oír desde Gabón hasta Tailandia pasando por la República de Moldavia.






(Escrito con Raes :-) comenzó sobre papel el 23 de abril del 2006 aunque se pensó antes en otro lugar…)

Texto agregado el 09-07-2006, y leído por 488 visitantes. (10 votos)


Lectores Opinan
29-08-2006 Que buen texto, además rae escribe divino********* Mi_Playa
24-08-2006 Yo creo que la niña era gringa porque vivia en tejas. pac
17-08-2006 Cierto que la risa de Niñateja se oye. La oí en la cima de la montaña y hace poco, tb en la cima de una ola, y su risa era burlona y contagiosa. Me ha encantado conocer su historia. >>>---Macarena--->>> Halcon_Rojo
16-08-2006 mmmm Tiago combinado con Angela...?..uy esa si q puede ser una fórmula explosiva...jejej y bue... acá al menos la hubo, explosion de magia, ternura e imaginación... ¿como me gustó?..re muchis!! piq piq gaviotapatagonica
25-07-2006 Qué bonito!!! me divertí mucho con este cuento... jooo, chicos, qué bien que trabajan juntos :) /// Besotes y estrellas repartidas... neus_de_juan
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