La desolación de una taza vacía
De una carta sin remitente
Colores en medios tonos
Medio gris el vino, la vida
Nada hay en mis manos
Nada hay en mí
Sofocos de Mayo
El zigzag de la marcha
La voz que tiembla
Que retumba
Anhelando lo imposible
Mirando a través del llanto
La noche cómplice de los pecados
La borrachera que no perdona
Dios cómo es posible tanta ternura
Y tus ojos de miel palpitan entre mis dedos
Y tu calor palpita en mi pecho
Susurrando inútil ruego
Una acuarela
El mar a galope en blanco pastel
La letra sagrada sin afanes en la tinta
El tesoro del final de los días
Columnas de humo girando alrededor en plena confusión
Las palabras estancadas en el miedo
Todo sobre la mesa
Servido en la inocencia
En la candidez del amor no recibido
Entrega sin destino, sin causa
Morir bajo el yugo del secreto guardado
Morir bajo la soledad que sembraste en mi ombligo.
Los ángeles aguardan
Los demonios desesperan
Ni en la eternidad se hallaran las respuestas.
Texto agregado el 08-07-2006, y leído por 116
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
08-07-2006
Hermoso, me encantó la última estrofa. Un beso y cinco estrellas aveazul
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login