I
Al otro lado del cristal...
destellos punzantes salen y penetran
como aliento sinuoso que se filtra en el aire,
hiriendo el sufrimiento, y en reposo
la muerte acecha y libra su batalla por seguir,
esquivando puñales de la luna y del viento.
La vida reaparece, el sol ilumina el cristal,
lo hace espejo a este lado, al otro oscuro, tinieblas...


II
Mírate a este lado del cristal
cuando los rayos del sol iluminen
con luz de sabiduría y rayos de bondad.
No mires atrás, sigue opaco, no hay vida.
Ahora es un espejo brillante que lanza
tiernas miradas de amor.
Descubre quien eres a través de los reflejos.

III
Reflejos de reflejos contra el cristal van,
y vienen dibujados y enriquecidos
y contra el espejo están.
Ahora sabes de tu figura y alma,
algo que te impresiona.
Dejaste dentro tus males,
sacaste la imaginación que te reclama
en esta vida tu presencia como persona.

IV
Ahora como persona de reflejos suaves y tiernos,
punzantes de amor, sin la muerte que aceche,
aquella que quedó atrás, en lo opaco del espejo
cuando era cristal lanzando puñales,
ahora puedes mirarte sin odio, sin esperar lanzas
envenenadas ni ratos de dolor.
Mírate con todo tu esplendor, agárralo y no lo sueltes,
deja que llegue la noche y te acompañe la luna,
que las estrellas se vistan de gala,
deslízate suave sobre tu hermosura,
como las olas del mar al amanecer acarician la playa.
Haz que el día sea como tus reflejos en un espejo sin ira.
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®Manuel Muñoz García-2002