La democracia siempre es un riesgo porque se caracteriza por el derecho a elegir de entre opciones distintas…, y bien sabemos que se puede optar por una continuación de lo mismo o por cambios. Todo cambio es un riesgo, porque todo cambio parte del estado de cosas actual y no sabemos qué consecuencias puede traer un estado de cosas distinto. Es por esto que la democracia es un riesgo.
Todo cambio en democracia es posible por la firme creencia de ser capaces de superar el estado de cosas actual. Creo que el deseo más sincero consiste en vivir en un lugar con noción de ciudadanía (implica el respeto por todos los habitantes de un país, y eso es un estado deseado.)

Sin embargo, una democracia en la que no sean posibles los cambios es un fraude. Un país que no cambie en la democracia, mediante la democracia, es un fraude.

Para cambiar de lo que tenemos a lo que queremos es preciso oscilar, intentar extremos, y esperar hasta que se agoten todas las posibilidades vanas.

Una vez negado todo, surge lo necesario. Lo imposible: el respeto de todos hacia todos, simplemente los derechos respetados, y comprendidos en el uso real de los derechos.

(Algo tan sencillo como esto: “Puedes vivir y nadie te va a joder… por como vivas, y no podrás joder a nadie por como vivas”)

Poder ser jodido por como se vive y poder joder a los demás por como se vive es nuestro estado de cosas actual.

Nuestro estado de derecho actual, realmente, consiste en lo siguiente: el derecho de poder ser jodido y el derecho de poder joder a los demás (de este último se dice que es un derecho adquirido… y mucha gente realmente cree en ello… para poder adquirir tal derecho adquirido hay que ser un jalabolas o un millonario, a veces sólo uno de los dos… y eso depende, muchas veces, del sistema que hayamos elegido).