El viaje desde la cabaña.
La cabaña es de madera, como toda construcción de esa zona (sur argentino), tiene una galería amplia y una terraza a media altura desde la que se puede apreciar el cielo, por que esta construida en un claro del bosque muy cerca de un lago de aguas tranquilas.
Es de noche y nos sentamos en la terraza, mientras esperamos que este listo el café, lo vamos a tomar con un pedacito de chocolate en barra, observamos la inmensidad del universo que nos muestra una vez mas lo pequeños que somos, y lo importante que es no preocuparse por los problemas de la vida.
Una estrella fugaz se ve hermosa mientras pasa veloz, mucho mas grande que lo que puede apreciarse en la ciudad.
Mabi se levanta y va hasta el equipo de musica, elige un CD de Enya.
Invita a la meditación y nos relajamos tomados de la mano
Entramos en un estado de ensoñación.
Nos dejamos llevar por el momento y nos sentimos flotar hacia arriba, vamos dejando abajo los árboles y se pueden ver las luciérnagas jugueteando cerca de las ramas, algunas nos acompañan.
Ahora se ven varias estrellas fugaces, que hermoso.
Podemos apreciar las nebulosas, como noctámbulas neblinas que cubren las estrellas..
Que agradable sensación esta, la de flotar, no siento frío ni calor, me gustaría quedarme así, en este estado por siempre.
Miro a Mabi y noto que sus ojos están llorosos por la emoción de poder viajar así.
No estamos dormidos, esto no es un sueño, estamos totalmente despiertos y todos nuestros sentidos están bien, es como un estado de tranquilidad y de euforia a la vez, nuestro cuerpo es levemente transparente pero nos podemos tocar y sentirnos.
Me doy vuelta hacia abajo y veo otros cuerpos (iguales a nosotros) sentados en la terraza, como dormidos.
Seguimos tomados de la mano y nos vamos un poco mas hacia el sur, ya bastante arriba.
No estamos solos en este viaje, hay gaviotas y otros pájaros que nos siguen, la noche es maravillosa, no hay luna pero las estrellas alumbran todo como la misma luna llena.
No siento temor de nada, es como que estamos protegidos por las aves que nos acompañan, revoloteando a nuestro alrededor.
Es raro que estén tan alto.
Alla abajo hacia un lado vemos las montañas de la Cordillera con sus picos nevados y hacia el otro podemos apreciar la costa del mar, estamos por encima del final de nuestra patria cerca de Tierra del Fuego.
Hacia arriba las estrellas tienen un brillo distinto y nosotros estamos llenos, llenos de la emoción que nos embarga por esto. Podemos ir hacia donde queramos solo con desearlo, nos miramos y cerramos los ojos deseando volver a saborear el café, no hace falta hablar en este estado, sabemos lo que pensamos.
Cuando los volvemos a abrir estamos nuevamente sentados en la terraza y el café humeante nos esta esperando, miramos el reloj de pared de la habitación y nos damos cuenta que solo fueron unos minutos, pero disfrutamos como si hubiesen sido varias horas.
Terminamos el café y entramos a la habitación, apagamos las luces y es hora de otro viaje, solo que un poquito mas terrenal, pero ya es otra historia.
Gustavo
Julio 2006
gustavo_alien@hotmail.com
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