Tú… que me miras oculta,
que me hueles los besos que
no he dado todavía, que tocas
el aire que emana de estas letras
y estos textos no te quedes dormida,
sin mi forma de amar sólo un instante,
no te quedes distante ni escondida, pues
te buscan mis versos, mis letras que por ti
mando si llego a tanto, no me dejes escapar.
Tú, que me lees a la distancia, y en ella hoy
podemos encontrar un verso y la respuesta
que buscabas, de si estaba sólo en sueños
y en una estrofa bifurcada, en un verso
en una rima malograda, no me dejes
ahora que he encontrado la forma
de tu cuerpo, de tu aroma que se
instala en mi pecho, porque temo
que mañana no encuentre sin ti,
otro motivo siquiera para existir,
de escribirle a la alborada y tú,
que me miras ahora desalentada
sabrás si la forma de este texto
la pude encontrar en ti, gracias
por ello que pude escribir, a tu
semejanza, linda imagen antes
de que tu misma hermosura me
alcanzara a la mañana, en que
descubrí sin ti y tú abandonada
que las cosas que nunca tuve,
podían encontrar a tu lado sólo
con dormir, y al cerrar los ojos
verte sonreír entre missueños
dulce amor, interminable y
eterna imagen oculta entre
los sueños que sin saberlo
lleven aún, tu nombre solo
oculto a quien no te sepa
y conozca, como lo hago yo
mientras dibujo tu silueta y,
al inclinar la cabeza te miro
y te disfruto mientras que tú
que me miras no ves que tu
rostro inexistente, lo olvido
de pronto y me acuerdo de
todo lo demás con tan solo
invocarte una vez más aquí
a mi lado vacío de poderte
besar, porque yo sé que vos
muy bien existes, más allá
de mi, no importa dónde.
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