A María Carolina, un oasis en medio del desierto... Embriagados por el deseo a pequeños y grandes sorbos nos fuimos bebiendo la noche en las copas sedientas de nuestras ansiosas bocas... Bogotá, Enero 5 de 2004 / 8:00 a.m
Texto agregado el 05-01-2004, y leído por 216 visitantes. (4 votos)